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La "chapuza" de Albares en Bruselas se vuelve contra Sánchez como un boomerang

El ministro sorprende a sus colegas, que le retratan por sus prisas. Y enfada a PNV, Bildu y BNG por su estrategia a la desesperada para pagar la factura de la investidura a Puigdemont.

Albares, este martes en Bruselas.

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Con Pedro Sánchez oportunamente de viaje en Nueva York, su ministro de Asuntos Exteriores ha podido comprobar en Bruselas que una cosa es prometer y otra bien distinta, poder cumplir. El cheque exprés para lograr la presidencia del Congreso -la de instar a la UE a admitir la oficialidad del catalán, euskera y gallego- ha derivado en un sainete de grandes proporciones protagonizado en estas últimas horas por José Manuel Albares.

"Nadie puede esperar que se adopte una decisión en Bruselas en una mañana sobre una propuesta cuya versión en papel nos acaba de llegar ese mismo día", desmontó a Albares el representante de Irlanda.

Moncloa ha comprobado que para mucho de los socios de Europa "con las cosas del comer no se juega" y se ha topado con el escepticismo de varias capitales a la urgencia con la que el Gobierno busca ahora la oficialidad de las lenguas autonómicas.

Y prueba de que en Exteriores no había un plan diseñado para ello es que Albares improvisó sobre la marcha ante sus socios y ofreció que, de momento, solo se admita la oficialidad del catalán.

La muestra de que el único objetivo de esta decisión es atar el apoyo de Puigdemont a la investidura de Pedro Sánchez. ¿El problema?: que Albares ha desvestido un santo para vestir a otro y el enfado en el PNV y el BNG es a estas horas monumental.

Albares retratado por sus propios colegas

Pero, además, el titular de Exteriores ha quedado retratado por sus propios colegas. Por que ninguno de la veintena de ministros que este martes tomaron la palabra en la reunión en Bruselas pidió al Gobierno en funciones que priorizara la introducción del catalán sobre el euskera y el gallego, porque sus dudas se centraron más bien en el precedente legal que crearía el reconocimiento de lenguas oficiales y en sus consecuencias financieras y prácticas para todos los miembros.

Los ministros dedicaron cerca de 40 minutos a examinar la posibilidad de reconocer como oficiales el catalán, el euskera y el gallego sin que al final se sometiera la cuestión a votación, dado que quedó patente que una vasta mayoría pidió más tiempo y cifras mucho más claras para sustentar el análisis. Y al terminar la reunión, el ministro Albares explicó a la prensa que en la sala había "propuesto iniciar el despliegue primero con el catalán y, seguidamente, con las otras dos lenguas".

Indignación del PNV y BNG

Así que la "chapuza" del ministro -según recononocen a ESdiario fuentes diplomáticas- se ha vuelto como un boomerang contra Moncloa. Primero por el coste a la imagen de España en Europa. "Nadie puede esperar que se adopte una decisión en Bruselas en una mañana sobre una propuesta cuya versión en papel nos acaba de llegar ese mismo día", criticó el secretario de Estado irlandés, Peter Burke.


Albares deconcertó a propios y extraños con sus explicaciones sobre la reunión sobre las lenguas cooficiales en Bruselas.


Otro diplomático de otro Estado miembro señaló que Albares planteó la posibilidad de empezar la aplicación práctica del catalán "antes" que la del euskera y gallego, "a pesar de que ningún Estado miembro lo mencionó en sus intervenciones". Tampoco en las discusiones preparatorias a nivel de embajadores se trató este escenario, añade.

La muestra de que el único objetivo de esta decisión es atar el apoyo de Puigdemont a la investidura de Pedro Sánchez. ¿El problema?: que Albares ha desvestido un santo para vestir a otro y el enfado en el PNV y el BNG es a esta hora monumental.

Y en segundo termino, por la reacción de los nacionalistas vascos y gallegos. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha tachado de "decepcionante" que el Gobierno "haya tirado la toalla tan rápido" y ha advertido de que "no facilita" su apoyo para que Sánchez se mantenga en Moncloa.

Y este mismo miércoles, el lendakari, Iñigo Urkullu, ha asegurado no le ha gustado "nada" la justificación que el ministro de Exteriores ha hecho para dar prioridad a la lengua catalana, ha defendido "la historia de la lengua vasca", y ha revelado que el Gobierno Vasco transmitió este martes mismo por carta al Ministerio su preocupación por que se haya relegado al euskera.

Por su parte, el eurodiputado de Bildu Pernando Barrena ha sostenido que la oficialidad del euskera en la UE es una cuestión de "voluntad política" y ha afeado a Sánchez que haya jugado al "tacticismo" en Bruselas.


Tampoco han gustado las palabras del ministro al BNG. Su eurodiputada, Ana Miranda, ha sostenido que "no hay lenguas de primera y de segunda, sino que son todas de primera", lamentando que el Gobierno haya apostado por priorizar el catalán y que no haya plazos concretos. Asimismo, ha reclamado "igualdad de trato" para las tres lenguas cooficiales.