Sánchez miente y Junqueras le traduce: amnistía y pinganillo
Con el presidente del Gobierno en funciones es imposible separar la verdad de la mentira. Por desgracia solo hay una forma de saber qué piensa de verdad: escuchar a los enemigos de España.
Anda Pedro Sánchez amagando con la amnistía a los implicados en el ‘procés’. Unos días parece que lo tiene hecho, otros lo niega y algunos lo llama alivio penal. Los días pares afirma que solo se llegará a un acuerdo dentro de la Constitución, y los impares trata de convencernos de que la amnistía es perfectamente constitucional.
Y, en medio de todo esto, a abrazar al prófugo Carles Puigdemont a la vez que niega que la vicepresidenta actúe en nombre del Gobierno.
Así es la estrategia de Sánchez. Es imposible separar la verdad de la mentira y de los cambios de opinión, porque todo forma parte de un cóctel tóxico que quiere hacernos tragar a todos los españoles.
Es imposible entender al presidente en funciones, ni aunque nos lo traduzcan a siete idiomas a través de un pinganillo. Su palabra no vale nada, sus principios son volubles como el viento, sus límites inexistentes y su ambición personal tiende al infinito.
Manual para traducir a Sánchez al idioma de la verdad
En todo caso, sí hay una forma indirecta de saber qué piensa de verdad Pedro Sánchez y cuáles son sus intenciones. Hay que escuchar a los separatistas. Ellos son los traductores del líder socialista.
La palabra de Sánchez no vale nada, sus principios son volubles como el viento, sus límites inexistentes y su ambición personal tiende al infinito.
Este martes en el Congreso, el indultado Oriol Junqueras, líder de ERC, habló en un español muy claro ante la prensa y, sin necesidad de traducción simultánea, se le entendió todo: la amnistía ya está acordada al igual que el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. Todo eso forma parte del acuerdo para nombrar a la socialista Francina Armengol presidenta del Congreso.
El paripé de Sánchez acaba ahí. Ya lo dijo la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, hace semanas: Sánchez lo tiene acordado ya todo con Puigdemont. Y con Junqueras y Otegi. Ayuso lo dice porque conoce muy bien al inquilino de la Moncloa y sabe cómo se las gasta. El tiempo le ha dado, por desgracia, la razón.