Sánchez y Yolanda Díaz se plantan y pasan de los "cinco de Podemos"
Aseguran fuentes socialistas y confirman en Sumar que no es la primera vez que los diputados que se presentaron a regañadientes bajo el liderazgo de Díaz intentan poner precio a su apoyo
A punto de celebrarse el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, los cinco diputados de Podemos han vuelto a hacerse visibles para hacer valer sus cinco votos (Carles Puiogdemont tiene siete y ERC los mismos y aspiran a cobrarlos bien caros) y exigir un ministerio nada más y nada menos que el de Igualdad.
Vamos, que mientras Pedro Sánchez hace sus encajes y estudia la fórmula más factible y menos gravosa de obtener los votos que le conviertan en presidente del Gobierno, los cinco de Podemos amenazan de forma velada con aguarle la fiesta de la investidura bis.
Aseguran fuentes socialistas y confirman desde Sumar, que no es la primera vez que los diputados que se presentaron a regañadientes bajo el liderazgo de Yolanda Díaz, intentan poner precio a su apoyo.
Las voces socialistas y gubernamentales más autorizadas se han apresurado a poner en circulación que, si en esta legislatura acaba gobernando Sánchez, no sólo habrá menos ministerios, sino que para el PSOE es innegociable que la Igualdad recaiga en sus manos.
Ya en la negociación de la composición de la Mesa del Congreso, el pasado mes de agosto, hubo una primera tentativa de desmarque, protagonizada, según fuentes socialistas, por Lilith Vestrynge, que se dirigió a la cúpula del Grupo Socialista para comunicarles que ellos negociarían por su cuenta su apoyo.
Entonces, según estas mismas fuentes, los socialistas, cordialmente, le indicaron que su único interlocutor era la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y en su defecto, aquella persona en la que ella delegase. Finalmente, y con las prisas, el acuerdo se cerró pasadas las doce de la noche, la víspera de la votación, sin tener en cuenta las indicaciones/advertencias de Podemos, sobre su peso específico en el Grupo Parlamentario de Sumar.
Mientras Pedro Sánchez hace sus encajes y estudia la fórmula más factible y menos gravosa de obtener los votos que le conviertan en presidente del Gobierno, los cinco de Podemos amenazan de forma velada con aguarle la fiesta de la investidura bis.
Pero los de la formación morada, inasequibles al desaliento, han vuelto a hacerlo: ahora -antes incluso de que se celebre el debate sobre la investidura de Feijóo- advierten que sus votos tienen un precio: un ministerio.
En la mente del presidente del Gobierno se ha aparecido la señal de peligro de inmediato y, casualmente, las voces socialistas y gubernamentales más autorizadas se han apresurado a poner en circulación que, si en esta legislatura acaba gobernando Sánchez, no sólo habrá menos ministerios, sino que para el PSOE es innegociable que la Igualdad recaiga en sus manos. Blanco y en botella: No a Irene Montero.
Le ahorran así los socialistas quebraderos de cabeza la vicepresidenta Díaz y se los evitan asimismo al Gobierno. Pero el “no es no” de Sánchez va más allá de Podemos. Aseguran los más próximos al jefe del Ejecutivo que éste no quiere ver ni en pintura a la todavía ministra de Igualdad en funciones, porque entiende que el peor momento del Gobierno en la pasada legislatura se produjo a cuenta de la ley del “sí es sí” y, en especial, tras la posición numantina y un tanto soberbia de la ministra, al negarse a modificar ni una coma de un texto claramente defectuoso y perjudicial para las víctimas de los delitos sexuales.
La nueva andanada de advertencias de Podemos parece que ha caído en saco roto en las filas socialistas y, lo que es peor, dentro de su propio grupo. Unos y otros, parecen no dar importancia a las exigencias de la formación morada. No parece que nadie les esté tomando en serio. No, al menos Sánchez y Díaz, que han dejado claro a los suyos que “pasan” de Podemos.