Abascal afronta uno de sus discursos más complicados en la investidura de Feijóo

Este martes arranca el debate de investidura -en principio fallida- de Alberto Núñez Feijóo y no sólo servirá para mostrar la estrategia del PP, sino también del resto de partidos como Vox cuyo líder, Santiago Abascal, tomará la palabra tras los resultados del 23 de julio donde perdió 19 diputados y el partido está en un momento de dimisiones y críticas internas.

Abascal deberá tomar la palabra en un investidura que, por primera vez desde que está Vox en el Congreso, no será de un socialista como Pedro Sánchez al que atizar fácilmente, sino de un socio al que ha dicho que apoya y dará sus votos, el PP, pero marcando la suficiente distancia como para diferenciarse de los populares sin caer en una crítica excesiva que haga absurdo luego su voto a favor.

Fuentes de Vox señalan que “apoyarán a Feijóo en las votaciones de esta semana, aunque votar a favor del candidato popular no significa que estén de acuerdo con la totalidad de su discurso o políticas, algo que mostraremos en el hemiciclo”.

El líder de Vox se enfrenta además a un discurso crucial cuando la opinión pública observa con lupa dos aspectos de su partido: primero, la salida de la formación de primeros espadas como Iván Espinosa de los Monteros, que ha renunciado a seguir en su escaño y muchos lo achacan a su choque con el sector de Jorge Buxadé por controlar el partido -la pérdida del alma liberal en favor del alma más identitaria-. Y en segundo lugar, los pactos con el PP en varias comunidades autónomas y ayuntamientos, donde ahora Vox forma parte del gobierno con los populares.

Feijóo con es Sánchez, pero Abascal debe mostrar algo

Santiago Abascal, por tanto, no puede machacar a Feijóo, no es el enemigo como Pedro Sánchez, sino ahora un socio de gobierno en muchos sitios, pero tampoco puede parecer que votar al PP es igual que votar a Vox y por tanto el voto a Vox es innecesario.

En Vox aún escuecen actitudes de los populares como no ceder un puesto en la Mesa del Congreso, gesto que entendieron como un intento de hacerles un "cordón sanitario", y puede que Santiago Abascal lance puyas al PP con reproches por su falta de colaboración.

Sin embargo, Santiago Abascal, con un PP que se está movilizando en la calle en asuntos como la amnistía, puede aprovechar esta investidura para mostrar uno de los discursos que mejor le ha funcionado de cara a su electorado: la lucha contra el independentismo y la defensa de la unidad de España.

Aunque la investidura sea de Feijóo y no de Pedro Sánchez, el líder de Vox puede desplegar su verbo más afilado contra el PSOE en una especie de anticipo de lo que sería una investidura de Sánchez, denunciando sus pactos con el independentismo, la amnistía y la venta de España a sus enemigos, un terreno en el que Santiago Abascal se mueve muy bien y que ahora ha encabezado el PP con su concentración de Madrid.