Tenso saludo entre Montero, Pam y la presidenta de las cortes de Aragón, de Vox
La ministra en funciones ha acudido a Zaragoza a un evento junto a su inseparable secretaria de Estado de Igualdad y no ha sido recibida precisamente con alegría por Marta Fernández.
Va a ser sin duda una de las imágenes de este jueves. Irene Montero ha acudido junto a Ángela Rodríguez 'Pam' a Zaragoza, donde la ministra de Igualdad en funciones y la secretaria de Estado de este ministerio inauguran un evento denominado de “Alto Nivel sobre la Garantía de los Derechos sexuales y reproductivos”. Acto que se realiza en el marco de la Presidencia española de la Unión Europea y por ello la presencia de la ministra.
A su llegada al Palacio de La Aljafería esperaba de pie la comitiva. Precisamente al principio de la fila y por lo tanto la primera en el turno del saludo estaba Marta Fernández, presidenta de las Cortes de Aragón y enemiga acérrima de la ministra de Unidas Podemos. De hecho, sus comentarios contra ella han llegado al cruzar el límite, asegurando que Irene Montero “solo sabe arrodillarse para medrar”. Un mensaje que publicó en redes sociales y que acabó borrando.
Pues en medio de este clima ha llegado este “saludo”. O más bien "no saludo", ya que no lo han hecho. La actitud de la representante de Vox, con las manos en la espalda, ya ha dado una idea a Montero de sus intenciones.
Según informa el ‘Heraldo’, y tal y como han podido grabar en un vídeo que lo demuestra, Irene Montero ha sido la primera en abrir fuego diciéndole a Fernández: “¿Qué tal, presidenta? Me alegro de que nos encontremos en un evento europeo para defender el derecho al aborto”. Frase a lo que la presidenta de las Cortes aragonesas ha respondido con un serio: “Bienvenidos a esta casa”, con la ministra de Igualdad continuando con el pasamanos.
Pam, ignorada
A continuación ha llegado el turno de Ángela Rodríguez ‘Pam’, que al contrario que Montero sí que ha estirado la mano para el saludo protocolario. Sin embargo se ha quedado con la misma sin estrechar por parte de Fernández, que miraba con los brazos cruzados hacia el horizonte y la ignoraba por completo, creando el segundo momento de tensión en pocos segundos.