Moncloa se desmarca de las sanciones a Palestina para contentar a sus socios
El Gobierno protesta en Bruselas contra la decisión del comisario de congelar la ayuda humanitaria europea a Gaza. Todo tras una arremetida de la izquierda contra Israel.
También la política exterior de España es rehén de la ultraizquierda y el independentismo. Último ejemplo: el brutal ataque terrorista de Hamas contra Israel. El Gobierno ha expresado su "desacuerdo" y su "malestar" con la decisión de suspender la ayuda al desarrollo a Palestina anunciada por el comisario europeo de Vecindad, Oliver Varhelyi, toda vez que esta no ha sido consultada con las capitales europeas, según han informado fuentes diplomáticas.
Dichas fuentes han explicado que el anuncio del comisario europeo "ha causado malestar en el Gobierno español", por eso el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, se ha puesto en contacto con este para "trasladarle su desacuerdo con esta decisión, que no conocían los ministros de Exteriores".
Asimismo, Albares ha solicitado al Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, que "esta medida sea incluida como punto en el orden del día en el Consejo de Asuntos Exteriores extraordinario" que se celebrará este martes a las 16.00 horas por videoconferencia.
En un mensaje en redes sociales, Varhelyi había anunciado que la UE congelaba "de forma inmediata todos los pagos previstos" en lo relativo a la ayuda al desarrollo a Palestina tras el ataque del movimiento islamista Hamás contra Israel del sábado, y ha precisado que también está revisando todos los proyectos en marcha.
"Todas las nuevas propuestas presupuestarias, incluida la de 2023, aplazadas hasta nuevo aviso y haremos una evaluación exhaustiva de toda la cartera", ha afirmado el comisario húngaro, sobre una ayuda que ha cifrado en casi 700 millones de euros.
El responsable de Vecindad ha insistido en que la "magnitud del terror y la brutalidad" del ataque lanzado contra Israel supone un "punto de inflexión" por lo que Bruselas "no puede seguir con las cosas como hasta ahora".