Sánchez cruza otra línea roja y se fotografía por primera vez con Bildu

El presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha fotografiado este viernes por primera vez con la portavoz de EH Bildu en el marco de la ronda de contactos que mantiene con los grupos parlamentarios con el fin de conseguir el deseado apoyo para ser investido.

Es una línea roja más que salta en una peligrosa estrategia. La imagen tiene un gran valor simbólico por lo que supone en unas negociaciones más que complejas en las que él ha decidido tomar las riendas personalmente, con este grupo y con Junts per Catalunya, ante una situación muy cuesta arriba para él si pretende, no ya un sí a la investidura sino un apoyo de legislatura.

Llama la atención que Sánchez no le ponga ningún "pero" a fotografiarse con miembros de la coalición abertzale, pero sí que se lo ponge a Vox, al que le niega esa imagen y las conversaciones. Solo falta ya que que pose con el líder del Junts, Carles Puigdemont, fugado de la Justicia y recluido en Waterloo.

Hasta ahora lo habitual era que Sánchez delegara en sus portavoces parlamentarios las reuniones con las formaciones minoritarias, pero esta vez ha decidido asumirlas en persona, al menos en la primera toma de contacto, para luego dar paso a una comisión negociadora que irá concretando detalles a partir de la próxima semana. Por eso la última 'foto' de investidura del PSOE con EH Bildu la protagonizó Adriana Lastra, entonces número dos del partido y portavoz socialista, a principios de 2020.

En su dirección, al último jefe de ETA

Ha sido la primera vez que un presidente del Gobierno reciba a una delegación de Bildu, una coalición donde la fuerza mayoritaria es Sortu, el partido que tiene en su dirección al último jefe de ETA, David Pla.

Tras el encuentro con las portavoces en el Congreso de EH Bildu, Mertxe Aizpurua y la de Junts, Miriam Nogueras, concluye la de contactos con los grupos parlamentarios y se abre otra fase en la que se pasará del marco general de la negociación a las cuestiones más concretas.

El saludo entre el senador de EH Bildu Gorka Elejabarrieta y el presidente en funciones

PSOE: todo se encuadra en la normalidad de una investidura que no es una farsa como la de Feijóo. Nos vemos con todos los grupos, menos VOX, y seguimos demostrando que entendemos lo que es España mucho mejor que el PP

Fuentes del PSOE han manifestado a EsDiario: "Todo se encuadra en la normalidad de una investidura que, esta sí, no es una farsa como la que montó Feijóo. Nos vemos con todos los grupos parlamentarios menos VOX, y seguimos demostrando que entendemos lo que es España mucho mejor que el PP".

Aunque no hay ningún acuerdo sellado, el PSOE cuenta con los votos de los seis diputados de la coalición abertzale, ya que desde el principio sus portavoces han dejado claro que harán lo que sea para evitar una repetición electoral que pudiera dar el gobierno al PP y Vox.

Más complicado parece el apoyo de los siete diputados de Junts, que exigen amnistía y autodeterminación como condiciones imprescindibles para un acuerdo de investidura.

“Nada está acordado hasta que todo esté acordado”

Lo que Sánchez sigue sin aclarar es si hablará por teléfono con el líder de Junts y expresidente catalán, Carles Puigdemont, huido de la Justicia, como hizo el pasado miércoles con el líder de ERC, Oriol Junqueras, indultado por el Gobierno, que cumple condena por inhabilitación. Este jueves en la recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional, se limitó a decir: "Hablaré con todos los grupos", por lo que ni desmintió ni afirmó.

“Nada está acordado hasta que todo esté acordado” dijo hace unos días Sánchez en Granada, una frase utilizada habitualmente en la UE y con la que quiso dejar claro que las negociaciones, como volvió a señalar ayer, son “complejas” y no hay nada cerrado.