Los nervios en el PNV se disparan y provocan un choque interno que zanja Urkullu
El mismo día en que Sánchez brinda una foto histórica a Bildu, los peneuvistas se enzarzan con un posible adelanto de las vascas que el partido abandera y el lendakari frena de raíz.
Urkullu, en Tokio este jueves.
Lo nunca visto en el PNV. El lendakari desautorizando en público y a miles de kilómetros -Urkullu está de viaje institucional en Japón- a la número dos de su propio partido.
Los nervios provocados por los últimos resultados electorales con Bildu al acecho y el creciente cisma interno sobre el apoyo (o no) a la investidura de Pedro Sánchez ha demostrado que las aguas bajan revueltas en el partido vasco.
Este nuevo choque interno tiene una causa : el posible adelanto electoral de las autonómicas vascas al próximo marzo, agitado por la presidenta del PNV en Vizcaya, Itxaso Atutxa, que casualmente es la esposa del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.
Pedro Sánchez, este viernes con la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa.
Pero Urkullu ha saltado inmediatamente desde Tokio para dar un tirón de orejas a la dirigente con más peso después de Andoni Ortuzar. “No creo que dedicarse a esos ejercicios haga ningún favor a nadie”, ha zanjado Urkullu.
Tras esta nueva brecha está la “toxicidad” del pacto con Sánchez y su coste electoral para el PNV. Por eso Atutxa abogaba por sacar las urnas vascas “del ruido de Madrid”.
Cabe recordar que los vascos votaron el 12 de julio de 2020 aunque deberían haberlo hecho en abril. La pandemia lo impidió. Y curiosamente, Urkullu acordó con Feijóo -entonces su homólogo gallego- retrasar las elecciones en País Vasco y Galicia a julio.
La presidenta del PNV en Vizcaya, Itxaso Atutxa, abogó el martes por un adelanto electoral de las vascas. Urkullu, desde Japón, la desmiente. Nervios en Ajuria Enea.
Así, en puridad, Urkullu debería colocar las urnas coincidiendo con las europeas. Una cita que puede ser el primer examen para Sánchez si logra su investidura de la mano de Puigdemont. Y en el PNV aterran las consecuencias de sus “amistades peligrosas” con el líder del PSOE y su estrategia de blanquear y engordar a los de Otegi, ya a las puertas de Ajuria Enea.
