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Puente pagó un 737% más a su amigo por mascarilla que cuando pidió ofertas

El Ayuntamiento de Valladolid, tras abonar 3,35 por unidad a Zaitegui, la obtuvo en concurso por 0,40 euros mientras el alcalde navegaba en un yate fletado por el contratista.

Puente dando explicaciones a los periodistas en los pasillos del Congreso.

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En abril de 2020 Oscar Puente contrató mascarillas KN95 (equivalentes a FPP2) por 3,35 euros unidad a su amigo Sergio Zaitegui. El 21 de septiembre, el mismo día en que Puente navegaba por Ibiza en un yate fletado por dicho empresario, la misma unidad municipal que fichó a Zaitegui solicitó mascarillas FPP2 por un valor máximo de 2 euros. Un 67% más barata.

Pero cuando se adjudicó, fruto de la concurrencia de una veintena de firmas, bajó a 0,40 euros la unidad. La diferencia entre lo pagado por mascarilla al amigo y lo adjudicado a la empresa sin amigo era de un 737%.

Otro tanto ocurrió con los guantes desechables. El amigo del alcalde se los vendió a 0,18 euros unidad. Posteriormente, por concurso, el ayuntamiento los adjudicó a 0,11 euros por unidad. Un 63% más barato. Las mascarillas higiénicas desechables las compró a 0,70 euros por unidad a dedo a Zaitegui. Luego, por libre concurrencia, las obtuvo a 0,11 euros. Un 536% menos.

Incomprensiblemente, el Ayuntamiento de Valladolid, tras rebajar en las nuevas adjudicaciones un 737% o un 536% los precios de Zaitegui, reformuló los contratos. Alegó que el coste era el precio máximo inicial de la licitación y no el precio final adjudicado.

Parecería que esta brutal rebaja fue fruto, sin más, de la bondad de pedir 20 ofertas y no una sola, la del amigo. Pero no. El propio ayuntamiento no quería repetir los precios de Zaitegui. En septiembre de 2020 el ayuntamiento puso un tope de 0,40 euros por mascarilla desechable cuando acababa de pagar 0,70 euros al amigo del alcalde. Un 75% más.

Precio pagado por mascarilla FPP2 mediante concurso: 0,40 euros.

Limitó a 2 euros la FPP2 tras abonarla a 3,35 (un 67% más). Y fijó un tope por guante de 0,14 euros tras pagar 0,18 euros a Zaitegui. Un 28,5% más. El mismo mes que Puente navegaba en el yate, sus subordinados se fueron de rebajas. Querían enterrar los precios del yatazo.

Incomprensiblemente, el Ayuntamiento de Valladolid, tras rebajar en las nuevas adjudicaciones un 737% o un 536% los precios de Zaitegui, reformuló los contratos. Alegó que el coste era el precio máximo inicial de la licitación y no el precio final adjudicado.

Así, donde en el lote 1 ponía que debía pagar 16.000 euros sin iva, abonó 60.500 euros con iva (278% más); el lote 2 adjudicado por 22.000 euros sin iva pasó a 84.000 euros con iva (284% más); y el lote 3 saltó de 26.000 euros sin iva a 85.000 euros con IVA (226% más). En total, lo que podía haber salido por 64.000 euros se disparó a 229.500 euros, un 258% más.

La virtud de tal engorde, al margen del detalle de lo comprado, es que el precio final global se parecía más al contrato de Zaitegui: 195.000 euros vs 229.000 euros. Incluso el amigo era un 17% más barato. Esto chirriaba menos que explicar que en abril se compró material preventivo por 195.000 euros y ahora bastaban 64.000. Un 204% menos.

Precio pagado a dedo por mascarilla FPP2 al amigo del alcalde: 3,35 euros.

Esta reformulación de precios se produjo en noviembre de 2020. ¿Qué había pasado entre septiembre de 2020 cuando el Ayuntamiento plantea las bases de licitación, tramita y adjudica hasta un 737% más barato y de pronto incrementa en noviembre el coste final con el argumento de que prima el precio máximo licitado, no el precio más barato adjudicado? Ha ocurrido el viaje en yate de Puente, disfrutado y destapado en septiembre.

El sobreprecio del amigo del alcalde viene marcado por otro dato: vendió sus mascarillas ese mismo año un 72% más baratas a la diputación foral de Vizcaya. El contrato de Zaitegui le salió caro a Puente. En lo económico y en lo político.

Mala era la foto del alcalde en el yate de Zaitegui. Pero peor sería la imagen de su Ayuntamiento pagando un sobreprecio del 737% a su amigo. Ya fue grave pagar un 67% menos con solo meses de diferencia, como fijó el Ayuntamiento en septiembre.

Siempre podría esgrimir la dificultad de obtener material al inicio de la pandemia, la especulación de los proveedores chinos…Pero admitir un 737% de sobreprecio sería inexplicable. A la luz de las adjudicaciones, el Ayuntamiento de Puente no quiso ahorrar tanto entre un pedido y otro.

El precio llegó a estar adjudicado con esa reducción de un 737%, 536% y 63% en diferentes productos sobre el coste pagado a Zaitegui. Lo aceptaron proveedor y Ayuntamiento. Nadie se quejó. Pero, de pronto, el Ayuntamiento dobló o triplicó el precio de cada lote. Lanzó un inusual mensaje: me estáis cobrando de menos.

El sobreprecio del amigo del alcalde viene marcado por otro dato: vendió sus mascarillas ese mismo año un 72% más baratas a la diputación foral de Vizcaya. El contrato de Zaitegui le salió caro a Puente. En lo económico y en lo político.

Y pudo salirle aún más costoso en lo penal de no ser por una juez que todo lo vio normal: contrato a un amigo porque es mi amigo y el amigo me paga un viaje en yate porque es mi amigo.