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Y ahora el PNV: el hachazo a la caja de las pensiones que acecha a los españoles

La fumata blanca de Puigdemont deja la investidura de Sánchez pendiente de un último "duelo" de Moncloa. Es el turno de los nacionalistas vascos y su "oscuro objeto de deseo".

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en su reciente entrevista con Puigdemont en Waterloo.

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La fumata blanca de Carles Puigdemont al más que paciente Santos Cerdán colocará este viernes en el registro del Congreso de los Diputados la incendiaria ley de amnistía perpetrada en el “exilio” de Bruselas en estas últimas horas.

Aparte de la culminación de las transferencias pendientes y otra millonada en inversiones, Urkullu, Ortuzar y Esteban llevan a la negociación postrera de la investidura el viejo objeto de deseo del PNV, históricamente recibido con portazo en Moncloa gobernase quien gobernase

Pero otra cosa será el acuerdo de investidura, al que aún le falta todavía una pata imprescindible: la de los cinco diputados del PNV. Un partido no acostumbrado a ser segundo plato en este tipo de negociaciones, pero que ha esperado paciente su turno final consciente de lo decisivo de sus votos. Y coordinado con Junts , como demuestran los dos recientes viajes de Andoni Ortuzar al refugio de Puigdemont en su Casa de la República.


Y el PNV , en un momento de inéditas complicaciones en vísperas de unas elecciones autonómicas vascas, no se va a conformar con migajas. Y, a buen seguro, va a soliviantar al resto de Comunidades Autónomas, con el plato fuerte de su factura a Sánchez, factura a girar en estas próximas horas.

Aparte de la culminación de las transferencias pendientes y otra millonada en inversiones para el País Vasco, Íñigo Urkullu, Andoni Ortuzar y Aitor Esteban llevan a la negociación postrera de la investidura el viejo objeto de deseo del PNV, históricamente recibido con portazo en Moncloa gobernase quien gobernase: la transferencia de la Seguridad Social.


Una de las multitudinarias manifestaciones de los pensionistas vasco exigiendo los "1.080"


Es decir, la voladura de la caja única y su inmediata consecuencia: que los vascos tengan pensiones distintas (superiores) a las del resto de los españoles. Cabe recordar que el PNV sufre desde hace años una permanente presión en las calles de un potente movimiento asociacionista de pensionistas, que exigen una paga de jubilación mínima de 1.080 euros.

De nuevo el TC de Pumpido en el horizonte

Como ya adelantó ESdiario el pasado día 2, fuentes peneuvistas llevan días recordando que en 2019 el TC validó esa posible transferencia de la Seguridad Social siempre y cuando se garantice la unidad del sistema de pensiones y la titularidad del Estado de todos sus fondos. Por eso, el Constitucional enseñaba el camino: los convenios oportunos que recoge la Disposición Transitoria Quinta del Estatuto Vasco.

Y ahora, como con la amnistía, la última palabra sobre la transferencia de la Seguridad Social la podría tener el presidente del Constitucional, Cándido Conde-Pumpido.

Pero con la actual coyuntura, con Sánchez firmando ya una amnistía generalizada un cupo a la vasca para Cataluña y los mediadores internacionales que exige Puigdemont, en el PNV se frotan las manos porque no parece que tampoco con la Seguridad Social parece que Sánchez pueda ponerse tiquismiquis