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De Cibeles a Europa: la amnistía de Sánchez enciende todas las alarmas

Un millón de personas han inundado Cibeles y sus alrededores para rechazar la amnistía que Pedro Sánchez pactó con Junts y ERC. Y, ahora, todas las miradas están en la Unión Europea.

Pedro Sánchez en su jura como Presidente del Gobierno

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La indignación en las calles no cesa. Si desde el PSOE pensaban que, poco a poco, las masivas protestas iban a ir disipándose, este sábado 18 de noviembre un millón de españoles -concentrados en la madrileña plaza de Cibeles y alrededores- han demostrado que la amnistía no se olvida. Al contrario, se rechaza y por mayoría absoluta. Tanto es así que hace tan solo una semana se vivió un antes y un después en nuestro país: el 12 de noviembre, organizada por el PP, tuvo lugar la mayor movilización en democracia -también contra la amnistía y en las 52 capitales de España- desde las manifestaciones en repulsa del vil asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997 por la bandas terrorista ETA. Jamás se habían movilizado, a la vez, más de dos millones de españoles. Un hecho indudablemente significativo.

Así, este sábado Madrid resonó con un fuerte rechazo hacia el recién elegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su propuesta ya registrada en el Congreso de ley de amnistía. Más de cien organizaciones civiles instaron a los ciudadanos a expresar un rotundo no en mi nombre en protesta contra los acuerdos con los independentistas. Además, la protesta contó con la presencia de todas las principales formaciones políticas de la oposición: PP, Vox y Ciudadanos. Todos unidos, a pesar de las discrepancias ideológicas, contra un objetivo mayor.

La sociedad civil, la protagonista contra la amnistía

, que "no levante muros" entre españoles y, aunque ha alertado de que "las alarmas de la democracia están encendidas" ha pedido a la ciudadanía que no tenga "miedo" porque España "es un sistema democrático". "Nos están llevando a una situación límite nunca vista en democracia. Se están fabricando y creando dos bandos", remarcó, por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso.

Pero, ante todo, era una manifestación pacífica, cívica, y de la sociedad civil. Amenizado por Libertad sin ira de Jarcha, Que viva España de Manolo Escobar o Soy Español de José Manuel Soto, todo un directo alarde de intenciones, los allí concentrados entonaban por doquier "Puigdemont a prisión", "Pedro Sánchez traidor" y, como novedad, ideada por Ayuso, "me gusta la fruta".

Por el escenario, además, pasaron prominentes representantes sin carnet político. Julia Calvet, presidenta de S'Ha Acabat!, inauguró los discursos con un llamado a la juventud para que continúe su movilización de manera ejemplar en las calles en contra del proyecto de la Ley de Amnistía.

El periodista venezolano Miguel Henrique Otero, a pesar de las enormes diferencias entre los sistemas jurídicos de España y Venezuela, comparó la situación de ambos países. Advertía contra aquellos que en su momento relativizaban la gravedad de lo que estaba sucediendo y creían que ya se habían alcanzado los límites y no se podía ir más allá.

El profesor Félix Ovejero se dirigió a los numerosos "socialistas" presentes en la plaza de Cibeles, entre los que él mismo se contó como heredero de una tradición socialdemócrata, una tradición que, según él, ahora se encuentra huérfana.

Contra el "muro" levantado por Pedro Sánchez durante su investidura, Conchita Martín, viuda del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, asesinado por ETA en Madrid en el año 2000, expresó su total desacuerdo. Y Andrés Trapiello tomó la palabra para describir la estrategia de "luz de gas" de Pedro Sánchez, destinada a hacer pasar por "locos" a quienes se oponen a la amnistía.

El foco puesto en la Unión Europea

Lo que, más allá de los discursos y consignas escuchadas, no dejó indiferente a ningún observador es la inmensa cantidad tanto de banderas de la Unión Europea que desfilaban por Cibeles y aledaños como, también, las múltiples referencias a ella que se percibían.

Y es que los contrarios a la amnistía perciben las instituciones europeas como una última esperanza que reactive la defenestrada igualdad de todos ante la Ley en favor de la "casta", como algún orador mencionó, política.

Es más, uno de los discursos más aplaudidos fue, en efecto, el del eurodiputado portugués -por el Partido Social Demócrata- Paulo Rangel. "En toda mi vida como jurista, como político, como ciudadano, nunca he visto una democracia en la que se pueda aceptar que los parlamentarios vayan a fiscalizar a los tribunales y al poder judicial", expresó a pleno pulmón el eurodiputado. "Os prometo que en el Parlamento Europeo, en Bruselas, en todos los países de Europa, os vamos a apoyar a resistir y no vamos a dejar que España, por oportunismo político, deje de ser una referencia mundial de la libertad, de la democracia y de la convivencia", sentenció Rangel.

Aunque "la justicia europea no tiene competencia para anular o dejar sin efecto una ley emanada de un parlamento nacional" y "la única facultad de la Comisión Europea es iniciar un recurso por incumplimiento de un Estado del derecho de la UE ante el TJUE, esto es, pretender que el TJUE declare que la ley de amnistía conculca los valores europeos", tal y como explica a ESdiario el abogado Pablo de Palacio, las esperanzas persisten.

Tanto es así que un destacado miembro de la dirección nacional del PP, con honda experiencia en Bruselas, asegura a ESdiario que "la amnistía quiebra el Estado de Derecho" y que, por consiguiente, "Bruselas va a ser implacable en la defensa del Estado de Derecho", recordando la sesión en el Parlamento Europeo que se vivirá el próximo miércoles.

"Bruselas defenderá siempre al Poder Judicial", destaca la misma fuente popular consultada, aunque, reconoce, "en Europa no hay plazos", es decir, "pueden decidir no actuar ahora y actuar más tarde", asevera a este periódico.

Por de pronto, el ministro de Exteriores de Italia y expresidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ya subrayó públicamente que es "inevitable" que "ciertos eventos" tengan una resonancia europea. "La amnistía, un instituto jurídico muy delicado en todos los ordenamientos nacionales, se convierte así en objeto de negociación política. Amnistía y autodeterminación no entran en la Constitución, según ha subrayado el expresidente socialista Felipe González", sentenció Tajani.

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