El "blindaje" de Marlaska dispara suspicacias con Pegasus y Mohamed VI al fondo
Pegasus, Melilla, presos de ETA, "caso de los Cobos", "caso Sánchez Corbí", expulsión de la Guardia Civil de Navarra, incumplimientos salariales con las FSE. A todo esto ha sobrevido.
Basta enumerar la larguísima lista de charcos, fracasos y escándalos, y leer en el diario de sesiones los debates sobre sus varias reprobaciones en el Congreso para llegar a la conclusión de que Fernando Grande Marlaska es, ante todo, el gran superviviente del sanchismo. "Es un corcho flotando en el agua de Frankenstein", ironiza un exalto cargo de Interior que le conoce bien.
Achicharrado y acorralado por su gestión de Norte -vaciado de las cárceles de presos de ETA- a Sur -la valla de Melilla acheca aún al ministro en la Justicia- el juez que siempre simpatizó con el PP ha quedado blindado este lunes cuando muchos -aunque no todos- le daban por amortizado.
Eso sí, el estupor entre los sindicatos del CNP y las asociaciones de la Guardia Civil se ha disparado en estas últimas horas tras constatar que Marlaska, el gran incumplidor de las promesas del gobierno progresista a las FSE, seguirá siendo su interlocutor.
Y junto al estupor, crecen también las suspicacias sobre la continuidad del ministro no tanto en el Gobierno pero si en una cartera en la que se ha movido "como un elefante en una cacharrería", en palabras de un alto mando de la Guardia Civil. Más aún cuando es uno de los grandes protagonistas de dos escándalos en uno, el caso Pegasus y el caso Marruecos.
Marlaska fue uno de los fichajes más sonados -un galáctico del primer gobierno bonito- de Pedro Sánchez cuando accedió a la Moncloa tras la moción de censura a Mariano Rajoy.
El caso del coronel Diego Pérez de los Cobos, con una trayectoria intachable, y relevado por Marlaska como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, acabó con un palo judicial al ministro
Marlaska, que siempre se movió en la órbita del PP, vendía su alma al sanchismo a cambio del suculento premio de ser ministro.
Sorprende su continuidad dada su hoja de servicios en Interior, ministerio en el que ha reinado el caos organizativo, el baile de altos cargos -hasta cuatro directores generales ha tenido la Guardia Civil- y los escándalos que le persiguen.
La "purga del coronel"
El caso del coronel Diego Pérez de los Cobos, con una trayectoria intachable, y relevado por Marlaska como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid, acabó con un palo judicial al ministro que le obligaba a restituirle por la Audiencia Nacional, en una decisión que se consideró motivada por cuestiones sectarias y no profesionales. Antes había fulminado a otro referente de la Benemérita, el coronel Manuel Sánchez Corbí.
Trato de favor a los etarras
Marlaska también ha sido muy cuestionado, sobre todo por el PP, por la política de acercamiento de presos etarras. Una política que se considera el pago de Pedro Sánchez a sus pactos con Bildu y que tiene en Marlaska a su principal ejecutor. A esta carpeta se suma también la salida de la Guardia Civil de las carreteras de Navarra.
Fernando Grande Marlaska, un ministro aislado: solo en el PSOE y acosado por 'Frankenstein'.
Los datos indican que de 2018 hasta septiembre de 2022 se han producido 351 traslados de presos que han afectado 216 presos diferentes. De estos traslados, 146 han tenido como destino final cárceles del País Vasco.
Los precarios sueldos de las FSE
A Marlaska también le ha quemado la falta de cumplimiento con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en materia de salario. La reivindicación que viene de hace años de que los sueldos de la Policía Nacional y la Guardia Civil se equiparen a los de las policías autonómicas no se ha cumplido en estos años de sanchismo, y esto ha llevado al ministro a tener que soportar las protestas en la calle de los agentes.
Gámez y el caos en la Guardia Civil
Desde los tiempos de Luis Roldán no vivía la Guardia Civil en un incendio permanente como con Marlaska. Baste un dato, el ministro lleva cuatro directores generales: Félix Azón, María Gámez, Mercedes González y Leonardo Marcos. Gámez tuvo que dimitir tras ser imputado su esposo en los casos ERE y verse salpicada por el caso Tito Berni en su derivada del caso cuarteles.
La 'Ley Mordaza'
Protestas que se intensificaron contra Marlaska con la pretensión de reformar la Ley de Seguridad Ciudadana -la llamada ley mordaza-, que los socios de Pedro Sánchez le exigen al PSOE. El borrador de la reforma fue visto por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado como un ataque directo a ellos, ya que les dejaba desprotegidos en su trabajo.
El 'expediente Pegasus'
Y el caso Pegasus, o el presunto espionaje a los independentistas catalanes. El escándalo del espionaje quebró la confianza de los socios catalanes de Sánchez como ERC y sobre todo señaló a la ministra de Defensa, Margarita Robles, pero Marlaska también fue puesto en el punto de mira de los independentistas.
La valla de Melilla
Fue la BBC la que ha destrozó toda la política de Interior con un documental que cuestiona la versión oficial de Marlaska en el intento de salto a la valla de Melilla 24 de junio de 2022. Un intento de salto a la valla que se saldó con 24 muertos, aunque algunas ONG apuntaron a más de 50 fallecidos. Y es que la larga sombra de Marruecos planea ahora sobre el blindaje del achicharrado titular de Interior.