María Jesús Montero, el arma de Sánchez para lesionar el poder autonómico del PP
La ministra de Hacienda se guarda la carta de gestionar los fondos europeos y la ansiada reforma de la financiación autonómica. Las imposición del déficit del 0,1%, la primera jugada
María Jesús Montero
El 28 de mayo de 2023 dejó un panorama político con un inmenso poder autonómico del PP -casi todas las CCAA salvo las nacionalistas, quedando sólo Navarra, Asturias y Castilla-La Mancha en manos socialistas-, un poder que tras revalidar Pedro Sánchez la Moncloa se convierte en la principal punta de lanza de los populares contra el Gobierno. Y Sánchez lo sabe. Por eso, ha puesto en marcha la maquinaria para darle a las comunidades del PP donde más le duele: el dinero.
En esta jugada, no es casualidad que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, haya sido ascendida a vicepresidenta como una de las manos derechas de Pedro Sánchez. María Jesús Montero guarda en su manga varias cartas con las que presionar a las comunidades del PP y rebajarles los humos: la reforma de la financiación autonómica, el límite del déficit y la gestión de los fondos europeos.
En el Consejo de Política Fiscal y Financiera ya se vio esta estrategia al imponer la ministra de Hacienda un déficit del 0,1% a las comunidades autónomas, lo que obliga a ajustar los presupuestos autonómicos. O dicho de otro modo, a realizar recortes que el PSOE luego achacará al PP pese a que es Hacienda quien se lo impone.
Las comunidades del PP evidentemente se mostraron en contra, pero María Jesús Montero lanzó su amenaza: si el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, tumba este déficit del 0,1%, se impondrá un déficit cero, lo que obligaría a más ajustes, así que la ministra se lleva el gato al agua.
El avispero de la reforma de la financiación
La reforma de la financiación autonómica es otra de las patatas calientes que el Gobierno de Pedro Sánchez puede aprovechar para presionar a los presidentes del PP. Las comunidades populares temen una negociación bilateral con Cataluña para hacer un sistema que beneficie a los independentistas, cosa que el Gobierno niega -otra cosa es lo que luego suceda-.
La reforma del sistema de financiación, pendiente desde hace años, además puede provocar roces entre los propios presidentes del PP, ya que cada uno defiende un criterio en el reparto del dinero -de la población a la dispersión-, y ese avispero puede ser utilizado por el sanchismo para dividir a los barones populares. Ya se sabe que cuando se reparte dinero nunca llueve a gusto de todos.
El tercer aspecto de presión es los fondos europeos, que pasa directamente a depender de María Jesús Montero. Algunos consideran que este control directo una supondrá una mayor politización y perderá criterios técnicos en un asunto, el reparto de dinero de Europa, que todos esperan recibir.