La imagen de Sánchez se hunde en la Unión Europea: pierde el control exterior
Las alusiones de Pedro Sánchez al nazismo han generado un hondo malestar en la UE y, especialmente, en Alemania. La amnistía, además, ha generado múltiples críticas en medios extranjeros.
"Sánchez está descalificado para cualquier cargo futuro europeo tras lo que hizo en Estrasburgo", son palabras textuales -en una entrevista en El Mundo- de Manfred Weber, el presidente del Partido Popular Europeo. Casi nada. Y la clave ya no es tanto quien lo afirma sino, adicionalmente, toda la repercusión que las palabras del líder del grupo más numeroso y más antiguo de todos los grupos en el Parlamento Europeo provoca en los veintisiete.
Pedro Sánchez, quizás por sus irrefrenables impulsos de dar de qué hablar y denotar una creída superioridad de poder, ha olvidado la cortesía, la institucionalidad y la elegancia -con altas dosis de burocratismo- que caracteriza a la Unión Europea y las instituciones que aúna. "Nunca un primer ministro había cargado tan duramente contra el presidente del mayor grupo parlamentario europeo, el PPE", explican a ESdiario fuentes del Parlamento Europeo. Se refieren al "¿sería su plan también en Alemania devolver a las calles los nombres del Tercer Reich?", que espetó Sánchez hace unos días al alemán Manfred Weber. Y con la sensibilidad que, conocida por todos, el nazismo provoca en el país germano. Pedro Sánchez "no tiene delicadeza" con las relaciones internacionales, expresan las mismas fuentes consultadas.
"Es que no le consiento ni una lección sobre la etapa más oscura de la historia de Alemania. Yo crecí en Alemania, y para mi generación los que lucharon contra el régimen nazi eran mis héroes, mis referencias para comprometerme con la política", asevera con notable vehemencia el también político alemán de la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) en alusión a las palabras de Sánchez. "Es una prueba de que Sánchez está nervioso", destaca Manfred Weber.
Medios extranjeros cargan contra Pedro Sánchez
No solo el presidente del Partido Popular Europeo. También un sinfín de periódicos de países miembros -y no- de la UE llevan semanas cargando, incluso en sus editoriales, contra la amnistía promovida por el presidente del Gobierno como exigencia de investidura por parte de Junts y ERC.
Sea como fuere, la imagen de Pedro Sánchez fuera de España -también- está en declive. La Moncloa, por su parte, está encontrando serias dificultades para controlar el descrédito mediático que está sufriendo el que -hasta ahora- constituía el refugio de Presidente: el exterior; la Unión Europea, concretamente.
Sin ir más legos, prestigiosos medios alemanes como Die Welt o el Frankfurter Allgemeine Zeitung han dedicado sendos artículos y columnas de opinión en contra de Sánchez, considerando que "tiene un ego desmesurado". "El jefe de Gobierno de España, Pedro Sánchez, es un político al que en Baviera llamaríamos Hundling [perrito en alemán], es decir, un hombre que no se toma la ley demasiado en serio", escribió recientemente Thomas Schmid, el editor del periódico Die Welt.
No solo medios alemanes. La creciente crítica a las políticas y concesiones de Sánchez discurren a lo largo y ancho de toda Europa. "Sánchez, naturalmente, dice que está haciendo lo mejor para el país y la democracia. Dice que la amnistía normalizará las relaciones con Cataluña y mitigará agravios que se remontan a una década o más. Rechaza cualquier sugerencia de que esté motivado por ambición personal. Independientemente de si se le cree o no, existen varios problemas serios con su posición. La primera es que prometió solemnemente, antes de la votación de julio, no hacer exactamente lo que ha hecho ahora: es decir, perdonar a los separatistas", se lee en una columna del reconocido medio británico The Guardian -no sospechoso de ser de derechas-.
Regresando a la UE, en el prestigioso Corriere della Sera italiano se lee "Europa convulsiona debido a una crisis política instigada por el abuso de la ley con fines políticos" en una columna que lleva por título "España: las elecciones de Sánchez y las reflexiones en Bruselas". Y en otra columna del periódico con mayor difusión de todo Italia se comparó a Sánchez con Orbán: "Hoy Orbán chantajea a la Unión Europea al condicionar la reanudación de los pagos al presupuesto europeo al lanzamiento de nuevas ayudas financieras a Ucrania (...). España tiene muchos más recursos para chantajear a la UE si ésta decide ponerse seria y bloquear la formación del nuevo gobierno por motivos legales".
¿Otro ejemplo más? Se puede encontrar, también, en Francia. "El acuerdo [entre PSOE y Junts] da un lugar de honor a una reescritura descarada de la historia y a concesiones que difícilmente reconciliarán a las dos partes. Su redacción no deja dudas de que fueron los independentistas quienes dictaron las grandes líneas del acuerdo, dando al texto un aire de autoamnistía difícilmente compatible con la defensa de la convivencia entre españoles reivindicada por el líder del PSOE", se lee, ni más ni menos, que en un editorial de Le Monde.
La síntesis es clara. El presidente del Gobierno está inmerso en un proceso en el que su imagen en el extranjero está cayendo en picado. Deberían tomar nota sus cientos de asesores en La Moncloa. No es un asunto banal y que, desde luego, afecta, por extensión, a la imagen de España.