Nerviosismo en La Moncloa por el pacto PSOE-Bildu: sepulcral silencio de Sánchez
A partir de este jueves Joseba Asirón, de EH Bildu, será el nuevo Alcalde de Pamplona gracias al PSN-PSOE y Pedro Sánchez ha obviado tal moción de censura en su balance del año.
El "indigno pacto encapuchado" -tal y como lo tildan desde el PP- del PSOE y Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona, que arrebatará la Alcaldía a Cristina Ibarrola, de UPN, en favor de Joseba Asirón, de EH Bildu, se oficializará este jueves Día de los Santos Inocentes. Pero no se trata de una broma. Más bien de un adicional incumplimiento de la palabra del, hoy día, presidente del Gobierno o de un cambio de opinión, en su jerga.
“Con Bildu no vamos a pactar, si quiere se lo digo 20 veces”, decía Pedro Sánchez, en una sonora inocentada, allá por el año 2015. "El PSN y el PSOE tenemos la misma posición y es que con Bildu no se acuerda nada", insistía en su broma el ya -por aquel entonces- líder de un Ejecutivo en funciones. No contento con tanta inocentada, hace poco más de un mes, en este mismo año, y durante su debate de investidura, Sánchez preguntó en el Congreso: "¿Quién gobierna el Ayuntamiento de Pamplona? ¿Con qué votos gobierna UPN el Ayuntamiento?", recalcando que el PSOE no le había otorgado la Alcaldía a Bildu.
“Mañana se va a producir un antes y un después para la política española”, insisten desde el Partido Popular y exigen al PSOE que “dé marcha atrás” para que “no se consolide la mentira en política” ni se premie a quienes “no condene el terrorismo” y “llevaron asesinos en sus listas”.
Pedro Sánchez ya ha tomado la decisión: la moción de censura se ejecutará, como evidente pago a Bildu por su inquebrantable apoyo, y la estrategia es actuar como si nada vaya a ocurrir en Pamplona. Silencio total. Y de tener que desgastarse, que lo hagan los rottweilers socialistas convertidos en titulares ministeriales, como Óscar Puente. "Yo digo sin complejos que no tengo ningún problema en que un partido progresista democrático se haga con una alcaldía en España", afirmó hace unos días, desde su escaño azul en el Congreso, el ministro de Transportes.
Total silencio de Sánchez en su balance del año
Ni la amnistía ni la moción de censura en Pamplona. Ninguno de estos dos temas políticos, de total necesidad para -hace poco más de un mes- la conformación y -ahora- la continuidad del Gobierno de Pedro Sánchez, han tenido mención por parte del líder del Ejecutivo en su balance de final de año.
Así, la extensa medida de gracia a los sediciosos independentistas catalanes, cuando no, también, corruptos, entre otros delitos de los que hacen gala, que se perpetra "por el interés de España" y "en defensa de la concordia", en palabras del propio Sánchez, no ha tenido cabida en el largo discurso -que comenzó con una hora de retraso- de final de año.
Tampoco ha encontrado hueco Sánchez en su balance del 2023 para defender la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona. Más bien, no se ha pronunciado al respeto hasta el momento. Y lo único que se evidencia es que ni el líder del PSOE se muestra a gusto con este movimiento en Pamplona: si bien la amnistía -creen desde La Moncloa- que puede llegar a ser normalizada por una inmensa mayoría de sus electores, Sánchez es consciente que tan significativos pagos a Bildu genera un malestar en no pocos socialistas incapaces de digerir tales acercamientos a los que, consideran, el brazo político de aquellos que otrora asesinaban, también, a sus camaradas.
"El PSOE no se atreve a pronunciarse públicamente sobre el pacto con Bildu porque es el pacto de la vergüenza. Y eso no es algo que diga el Partido Popular, sino que algo que evidencian dos de sus propios concejales, los cuales renuncian a tomar posesión de su acta para no votar a favor de un partido que llevaba a terroristas condenados por delitos de sangre en sus listas", aseveran a ESdiario fuentes de Génova consultadas. "Lo que estamos viendo cruza todas las líneas y no retrata más que los pactos que Pedro Sánchez firmó por la puerta de atrás para ser presidente", subrayan.
Las elecciones en Galicia
No hay que perder de vista, por otro lado, que ya estamos inmersos en un nuevo proceso electoral. El PP confía en que los comicios del próximo 18 de febrero en Galicia le otorguen una nueva mayoría absoluta, en este caso a Alfonso Rueda, que, como efecto dominó, acabe por impulsar los intereses electorales de los populares en las restantes elecciones autonómicas y europeas.
Si bien la campaña "será gallega", tal y como reconoció hace unos días Feijóo a ESdiario en conversación informal con periodistas, nadie duda de que el cuestionamiento de las múltiples concesiones de Pedro Sánchez a los independentistas -amnistía, reuniones en Suiza, Alcaldía de Pamplona a Bildu...- acabará por beneficiar al PP. O dicho de otro modo, aunque las campañas electorales en Galicia, históricamente, pivotan sobre temas fundamentalmente de política regional, cuando al PSOE le va bien a nivel nacional mejora resultados en Galicia y, por consiguiente, cuando le va mal, los empeora.
Sea como fuere, como avanzamos en ESdiario, "las encuestas son muy favorables", asegura otro popular de la máxima confianza de Feijóo. Es más, afirma la misma fuente consultada, que los sondeos que manejan "hablan de estabilidad". En conclusión, desde Génova confían en que no perderán la mayoría absoluta en Galicia.
Todo se juega ahora, pues, en la arena electoral. Y desde La Moncloa lo saben. El movimiento del actual presidente de la Xunta de adelantar las elecciones, aunque esperado, no le ha favorecido en nada a un PSOE que, poco a poco, está materializando todos los pagos a sus socios de tan diversa índole por permitirle a Sánchez dormir cuatro años más -si acaba persistiendo- en el cómodo colchón del poder monclovita.