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Pedro Sánchez se despide de Europa con su saco de ridículos a cuestas

Los intentos por hacer del catalán idioma oficial, su falta de tacto mentando al Tercer Reich en una Eurocámara que le despidió abucheándole... Y sus asesores le dicen "todo OK, Pedro"

Pedro Sánchez ya ha abandonado la presidencia de turno de la Unión Europea, que ahora corresponde a Bélgica

Publicado por
Miguel Queipo de Llano

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Vivir entre ensoñaciones, con miles de amiguetes-asesores que te adulan a cada paso y con un espejo que ya quisiera para sí la Bruja de Blancanieves, te hace sentirte orgulloso de seis meses tenebrosos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se despidió ayer, 31 de diciembre, de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, y lo hizo diciendo que Europa sale "más fuerte, más justa y más cohesionada para afrontar los retos del futuro" y deseando "toda la suerte del mundo" al primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, cuyo país asume desde hoy el relevo de España.

A Sánchez, siempre tan grandilocuente en el discurso y tan olvidadizo de todo lo que le conviene, no le han recordado el ridículo que hizo ante la Unión Europea intentando conseguir que el catalán, el vasco y el gallego fueran considerados idiomas oficiales en Europa, para luego eliminar de un plumazo el vasco y el gallego e intentar que lo fuera sólo el catalán, pagándolo con el dinero de todos los españoles. Los asesores de Sánchez no se lo recuerdan, sólo saben decir aquello de "todo OK, Pedro", pero en EsDiario, sí: igual que para el PSOE unos españoles son más que otros, con las lenguas que se hablan en España sucede lo mismo, que unas importan más que otras. Todo depende de los votos que dé en una investidura.

La amnistía y el que vienen los nazis

Eso fue en septiembre, para estrenarse tras el verano por todo lo alto. El remate de la presidencia sanchista en Europea tuvo lugar en diciembre. Por ejemplo, tratando de vincular premeditadamente, con un discurso escrito, al Partido Popular Europeo con el Tercer Reich, siendo su presidente, Manfred Weber, alemán, y teniendo en cuenta la especial delicadeza con la que se tratan estos temas en el país teutón. El ridículo país en el que dejó a España fue mayúsculo y causó la indignación de toda la Eurocámara. Menos la de sus asesores, parece ser, que no le han recordado la soberana metedura de pata.

Pero claro, tampoco recordaron como el propio Weber, en la misma Eurocámara, le pintó la cara delante de toda Europa a costa de su especial predilección por la mentira. "Un principio básico de la democracia es decirle la verdad a las personas antes de las elecciones", espetó Weber al inquilino de Moncloa durante el debate sobre la amnistía, también en Bruselas, en una clara alusión a cómo éste se calló durante la campaña electoral sus verdaderas intenciones ante sus propios votantes. Claro, que también le dejó en ridículo Puigdemont, en su primer cara a cara con testigos...

Nunca antes un presidente europeo había sido abucheado en la Eurocámara. Jamás. Ese hito también lo tiene en su extenso palmares Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno de España, el que deberia poner la cara en defensa de todos los españoles, libres e iguales, recibió un sonoro abucheo, algo insólito en este tipo de situaciones en las que reina la cortesía parlamentaria y el respeto al país que cada mandatario representa. Al menos, Sánchez es historia en Europa porque ya le han dado puerta. El mismo gesto que le dedicó Weber durante el bronco debate de la amnistía.