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Marejada en Moncloa: Sánchez no naufraga pero su barco se astilla

En el entorno del presidente saben el daño recibido este miércoles y aseguran que no puede volver a ocurrir. Pero ¿quién puede garantizarles que eso no va a suceder? Desde luego, Junts no.

Sánchez, este miércoles en el pleno de los decretos.

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Pedro Sánchez ha vuelto a protagonizar un ejercicio de escapismo digno del Gran Houdini, si no fuera porque el primero se ve obligado a pagar concesiones a sus socios de Junts por salir airoso de una sesión parlamentaria en la que, por momentos, se vio arrojado al abismo, mientras, por el contrario, el Gran Houdini cobraba por ofrecer su espectáculo de escapismo.

El Gobierno de Sánchez ha dado una patada hacia delante al balón de la legislatura, ha evitado el naufragio, pero en la maniobra hay ciertas astillas del casco de ese barco que han salido a flote y que tendrán su continuación en las próximas semanas.

Al Gran Houdini Sánchez no le ha abandonado la suerte, o la pericia escapista, pero le convendría no olvidar que al Houdini real no se lo llevó por delante una jugada de riesgo, para las que estaba entrenado, sino una simple apendicitis, no pillada a tiempo, que derivó en peritonitis. Cuando menos lo esperaba.

En el entorno del presidente del Gobierno lo saben y aseguran que no puede volver a ocurrir. Pero ¿quién puede garantizarles que eso no va a suceder? Desde luego, Junts no. Los de Carles Puigdemont, siguiendo las directrices del patrón van a dar espectáculo y a pedir una y otra vez concesiones al Ejecutivo.

La idea es que se note quién lleva el timón de esta nave que conforma este bloque tan heterogéneo, que se note que, mientras ERC “se somete” a Sánchez, el independentismo “puigdemoníaco” no lo hace, al contrario, lleva al Ejecutivo por el ronzal por senderos peligrosos.

De hecho, hay ministros en el Gobierno que admiten que algunas de las cosas pactadas ayer con Junts (por supuesto, no en la Cámara, sino fuera del hemiciclo, incluso fuera de España) no tienen cabida legal dentro de nuestro ordenamiento jurídico.

El propio ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, sostuvo públicamente que las pretensiones de Junts para que una cuestión prejudicial dirigida a los tribunales europeos por cualquier juzgado español no pueda suspender la Ley de Amnistía, no era viable.

Montero y Bolaños, este miércoles, ven pasar por delante a la portavoz de Junts, Nogueras.

Pero debió “cambiar de opinión” en cuestión de horas, porque pactó la introducción de una enmienda en la futura Ley, diciendo exactamente lo contrario ( si damos credibilidad a Junts, un partido que dice en la tribuna de oradores que le van a dar un NO rotundo a los decretos de Sánchez y luego se la envaina a cambio de promesas verbales de concesiones que ya veremos cómo se trasladan)

¿Quién va a publicar esas balanzas fiscales que Junts exigió como contrapartida a su abstención y consiguiente aprobación de dos decretos? Con José Luis Rodríguez Zapatero ya se pactó y Pedro Solbes se las ingenió para enredar las cosas hasta evitar el objetivo de los catalanes. ¿Cómo se van a traspasar las competencias de inmigración prometidas? Seguramente, echando mano del artículo 150.2, de la Constitución, que habla de delegación de funciones…Todo está bastante en pañales y nadie se fía de nadie, pero siguen adelante con la legislatura.

Entre las astillas del casi naufragio han quedado las de Podemos, retratados por su escasa pericia parlamentaria, que se van a tener que comer (Yolanda Díaz ya está en plena campaña informativa) que han dejado tirados a los que más necesitan ayudas, con su voto contrario al decreto del Ministerio de Trabajo.

Lo cierto es que la venganza se sirve en plato frío y el quinteto podemita estaba tan caliente que no se enteró de que Junts cambiaba su estrategia y que ellos iban a quedarse solos votando contra esas medidas sociales. Nadie de entre los cinco diputados tiene una relación fluida con la mayoría de los grupos de la Cámara. Y no parece que hagan méritos para conseguirla.

Hay ministros en el Gobierno que admiten que algunas de las cosas pactadas con Junts (por supuesto, no en la Cámara, sino fuera del hemiciclo, incluso fuera de España) no tienen cabida legal dentro de nuestro ordenamiento jurídico.

Pero, por ser condescendientes con Podemos, hay que reconocer que, en el Gobierno tampoco tuvieron claro el sentido de voto de Junts hasta que les vieron “hacerse el muerto” a la hora de votar y no participar. Los negociadores del Ejecutivo (Bolaños y Maria Jesús Montero, y del PSOE, Santos Cerdán) se limitaron a ofrecer su última oferta, con las consabidas concesiones y contener la respiración.

La "campana" de Puigdemont

Y del canguelo pasaron a la euforia, en tiempo récord. Tanto es así que el Grupo Socialista ni siquiera peleó la petición del PP de votar por llamamiento. Sánchez no pensaba pasar por el Senado cuando pintaban bastos, pero salió a toda leche de la Moncloa en cuanto pudo deducir que estaba salvado “por la campana que toca Puigdemont” para aterrizar en el Senado y mostrar una sonrisa de oreja a oreja a todo el tendido.

Al Gran Houdini Sánchez no le ha abandonado la suerte, o la pericia escapista, pero le convendría no olvidar que al Houdini real no se lo llevó por delante una jugada de riesgo, para las que estaba entrenado, sino una simple apendicitis, no pillada a tiempo, que derivó en peritonitis. Cuando menos lo esperaba.

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