Indignación en el CNI tras la humillación de Moncloa y la "puñalada" de Sánchez
La desclasificación de documentos confidenciales este martes, en vísperas de la declaración de la exjefa de Inteligencia acosada por el independentismo, desata todas las alarmas en 'La Casa'
Abandonada a los pies de los caballos por el Gobierno, la próxima semana la exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, tiene una cita como imputada ante un juez. Un hecho inédito desde los convulsos tiempos de aquellos escándalos socialistas ochenteros de las escuchas ilegales en el CESID de Emilio Alonso Manglano.
En octubre, ERC confirmó que tiene al CNI en su punto de mira. Y sus dirigentes advirtieron que la amnistía “no era suficiente” sino que exigían sacar a la luz los papeles de los Servicios de Inteligencia. Ahora Sánchez vuelve a ceder y a provocar un daño de costosísima reparación.
Esteban se va abocada a declarar en un juzgado de Barcelona por que Sánchez entregó su cabeza en bandeja de plata a cambio de blindarse el apoyo de Esquerra. Todo con la excusa del caso Pegasus del que, por cierto, el propio Sánchez no ha dado ninguna explicación pese a que su propio teléfono móvil fue hackeado supuestamente por Marruecos sin que se conozca el alcance de esa intromisión.
Si el sacrificio de Paz Esteban -como antes lo fue su increible cese y purga- no era poca humillación en la sede de la madrileña Cuesta de las Perdices (sede del espionaje español) este miércoles una oleada de indignación generalizada recorre sus dependencias y pasillos tras la decisión de Moncloa de volver a desnudar a sus agentes desclasificando documentos del supuesto espionaje a Pere Aragonés y su papel activo en el procés dentro de la llamada operación Cataluña.
Pedro Sánchez con Pere Aragonés, en su última visita a la Generalitat el pasado 21 de diciembre
Fuentes del CNI recalcan a ESdiario que “ningún servicio serio del mundo” queda vendido por su propio Gobierno. E insiste en el “descrédito” que el espionaje español sufre ante sus homólogos aliados en estos tiempos más que convulsos en los que la confianza y el intercambio de información son claves para la seguridad nacional.
La decisión de este martes del Consejo de Ministros de desclasificar ese paquete de información confidencial ha provocado en la cúpula que actualmente dirige Esperanza Casteleiro “perplejidad” aunque -subrayan las citadas fuentes- “no sorpresa”. “Llueve sobre mojado”, denuncian.
Ya el pasado 25 de octubre, ERC confirmó que tiene al CNI en su punto de mira. Y sus dirigentes advirtieron que la amnistía “no era suficiente” sino que exigían sacar a la luz los papeles de La Casa. Ahora Sánchez vuelve a ceder y a provocar a los Servicios de Inteligencia un daño de costosísima reparación.