El "155" de Sánchez en el PSOE valenciano pone a Page en alerta

Mientras en el Congreso se votaba la ley de amnistía y Pedro Sánchez salía desencajado tras el ‘no’ de Junts, en la sede del PSOE en Ferraz se producía un movimiento muy importante para el partido: la elección del secretario general del PSPV-PSOE y sucesor de Ximo Puig al frente de los socialistas valencianos. Tras llamar a capítulo a los tres aspirantes, el número tres de Sánchez, Santos Cerdán, fulminaba a los disidentes e imponía a la ministra de Ciencia, Diana Morant, al frente del PSPV-PSOE sin oposición interna.

No ha importado que Diana Morant tenga escaso apoyo orgánico -no controla el partido y sus apoyos eran prestados de los que tenía Ximo Puig- o tampoco es que levante pasiones entre la militancia. Era la elegida por Pedro Sánchez para tener al socialismo valenciano completamente servil a sus intereses y así ha acabado la historia: forzando a los otros dos aspirantes, el líder en Alicante, Alejandro Soler -apoyado por José Luis Ábalos-, y su homólogo en Valencia, Carlos Fernández Bielsa, a retirarse.

Gana el sanchismo y pierde por cierto la tan cacareada democracia interna en el PSOE y las primarias, que ya no se realizarán en el PSPV-PSOE tras imponer Ferraz a la búlgara a Diana Morant. Los militantes valencianos se quedarán sin voz, pero da igual si es para mantener contento al sanchismo, aunque se sacrifique con ello la autonomía del PSPV.

Ahora el PSPV-PSOE se dirigirá curiosamente desde un despacho de un ministerio en Madrid y será una voz más del interés de Moncloa. Pedro Sánchez no ha querido jugársela con una de las federaciones más importantes del PSOE y que, si se hubieran permitido las primarias, corría el peligro de que le hubiera salido un nuevo Page en Valencia. Ferraz ha actuado a la soviética. Un aviso por cierto al citado presidente de Castilla-La Mancha de que el ir por libre no gusta en el sanchismo y puede haber otros movimientos en el futuro.