El oasis vasco por los aires: el sanchismo encumbra a Bildu y aterroriza al PNV
Las calculadoras echan humo en los cuarteles generales de los partidos vascos. El efecto corrosivo del presidente ha puesto los primeros sondeos de envergadura patas arriba.
Sánchez y el presidente del PNV en la firma del pacto de investidura del líder del PSOE.
El oasis vasco ha saltado por los aires este fin de semana y las calculadoras echan ya humo ante lo que se vaticina será una noche de infarto, la del 21 de abril, la fecha más probable en la agenda del todavía lendakari Íñigo Urkullu para llamar a los vascos a las urnas.
Los primeros sondeos de envergadura publicados en estos últimos días -tanto de la EITB como del diario vasco de referencia El Correo- han dejado un titular de alcance: Bildu puede ganar las autonómicas y el pacto PNV-PSOE (PSE) perder el gobierno y el Palacio de Ajuria Enea.
El que fue el primer gran socio de Sánchez dándole los votos claves en la moción de censura, lejos rentabilizarlo, se está ahogando poco a poco. Bildu, en cambio, seduce cada vez a más vascos. El propio PSOE pierde apoyos y a su izquierda se ha instalado el caos con Podemos y Sumar escindidos
Es decir, que la operación Pradales puesta en marcha por la dirección peneuvista apartando de la candidatura a Urkullu no resucita al enfermo. Y, sin embargo, la operación Ochandiano desplazando a Arnaldo Otegi de la candidatura, ha disparado las expectativas de la formación batasuna.
Mientras este lunes en todas las sedes de los partidos vascos se hacen números y se trata de leer entre líneas las encuestas -mientras se mira también de reojo a la campaña gallega- algo ha vuelto a quedar claro: el arrollador efecto corrosivo de Pedro Sánchez en la política vasca.
El que fue su primer gran socio dándole los votos claves en la moción de censura, lejos rentabilizarlo, el sanchismo lo está ahogando poco a poco. Bildu, en cambio, seduce cada vez a más vascos. El propio PSOE pierde apoyos y a su izquierda se ha instalado el caos con Podemos y Sumar escindidos y poniendo en serio riesgo la presencia de los de Yolanda Díaz en el futuro Parlamento Vasco.
El panorama es ciertamente vertiginoso. Por primera vez en la historia Bildu puede ganar las elecciones con 27 escaños frente a un PNV que lograría 26-25. La caída brutal (tiene 31) pondría en riesgo la mayoría absoluta con los socialistas, que obtendrían 11-12. A partir de ahí, todo son cábalas con un PP vasco que obtendría 6-5 parlamentarios, Podemos 3 y el Sumar de Díaz se daría el gran batacazo con cero escaños en la Cámara de Vitoria.
El aire que Sánchez ha dado al Bildu desde su llegada a Moncloa ha disparado a los batasunos.
"Quedan meses por delante para que se pueda comprobar el efecto movilizador de Imanol Pradales pero el partido es un manojo de nervios", explica a ESdiario un dirigente del PNV de Vizcaya, que además señala un factor añadido: que la división entre Podemos y Sumar acabe en un efecto voto útil y el electorado a la izquierda del PSE acabe en la candidatura de Bildu.
La operación Pradales puesta en marcha por la dirección peneuvista apartando de la candidatura a Urkullu no resucita al enfermo. Y, sin embargo, la operación Ochandiano desplazando a Arnaldo Otegi, ha disparado las expectativas de la formación batasuna.
Pero lo que más preocupa en el PNV reside en Moncloa. Porque nadie se fía de Pedro Sánchez y lo que podría urdir el 22 de abril si los peneuvistas no ganan y los de Otegi son la lista más votada. "Primero fue jamás, luego no, y ahora depende", ironiza la fuente citada sobre los vaivenes del hombre de Sánchez en el País Vasco, Eneko Andueza, cuando se le pregunta si el PSE apoyará un lendakari heredero de Batasuna.
Los sondeos de este fin de semana confirman que Sánchez será el eje de la campaña vasca porque PNV y Bildu están llamados a pelear al máximo por convencer al electorado quien ha sido más útil en Madrid.
Es decir, quién ha logrado exprimir más al presidente del Gobierno haciéndose cobrar sus factura. Parece evidente que Otegi lleva ventaja a Andoni Ortuzar hasta conseguir que en la última legislatura haya quedado la percepción de que es Bildu el socio más fiable y a la vez mejor acreedor (y cobrador) de Sánchez. Su foto histórica con la portavoz condenada por colaboración con ETA, Merche Aizpurua, es la mejor muestra de ello.
