Sánchez renuncia a la batalla de los Prespuestos desgastado por la amnistía
El PP veta en el Senado la senda de estabilidad, la necesaria base para conformar unos nuevos Presupuestos. Desde el Gobierno inciden en que pueden sortear el "no" del PP.
Rebajar impuestos, compartir los objetivos fiscales con las comunidades autónomas, respetar su autonomía fiscal e impulsar un fondo de políticas sociales para las regiones: estas son las -básicas- exigencias que desde el Partido Popular han reclamado al Ejecutivo para aprobar en el Senado la senda de estabilidad, la base de los nuevos Presupuestos de este 2024. Y han recibido un portazo por respuesta.
La noticia este miércoles, por tanto, no debiera ser el lógico "no" de los de Feijóo en el Senado a unos objetivos de déficit que ya rechazaron en su votación en el Congreso. Esto es, si en la Cámara Baja votaron que "no", al no haber cambiado ni un milímetro tales objetivos lo natural es que el PP vote que "no", también, en la Cámara Alta.
Lo noticioso, en este sentido, es que el Gobierno no haya levantado el teléfono, tan siquiera, para negociar con aquellos que poseen mayoría absoluta en el Senado, los populares, de los que, tal y como rige el artículo 15 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, depende la imprescindible aprobación de una senda de estabilidad que constituye el paso inmediatamente previo para la elaboración de unos fundamentales Presupuestos. Sin ellos, es evidente, la gestión del Gobierno se verá altamente limitada al tener que seguir prorrogando las cuentas del año pasado. La incógnita ahora es si el Ejecutivo conseguirá finalmente aprobar unos nuevos o no. Más bien, si quieren entrar en tal batalla o prescindir de ella.
El Gobierno no teme en quedarse sin nuevos Presupuestos
No lo esconden ni en público ni, menos, en privado. El Gobierno no teme en seguir gobernando con los Presupuestos del año anterior. "Los Presupuestos ya están prorrogados", aseveran a ESdiario muy solventes fuentes del Gobierno, sin ningún tipo de remordimiento. En efecto, las nuevas cuentas deberían haber estrado en vigor el pasado 1 de enero. El retraso ya es considerable. "Técnicamente se puede funcionar perfectamente con Presupuestos prorrogados", explican a este periódico, casi con palmario orgullo, fuentes gubernamentales. Y es que los de Pedro Sánchez ya están "acostumbrados" a trabajar en prórroga, inciden.
Más allá de que es inaudito que desde el Gobierno no muestren ni el más mínimo temor a no aprobar la Ley más importante para el buen funcionamiento de un país, la de Presupuestos, ya que constriñe prácticamente cualquier medida que quiera aprobar el Ejecutivo, la palmaria explicación es todavía más sangrante: no quiere someterse a más chantajes de Puigdemont. Junts se vuelve indispensable, sin el PP al que dieron portazo, para aprobar los nuevos Presupuestos.
Además, como ya es habitual, Pedro Sánchez ha cambiado de opinión. "Llámenme clásico, pero sin presupuestos creo que no se puede gobernar”, aseguró el mismo Pedro Sánchez del 2019 como justificación para adelantar las elecciones ocho meses después de llegar al poder a través de una moción de censura contra Mariano Rajoy. Ahora, sin embargo, no teme en gobernar sin nuevas cuentas.
Junts, el verdadero veto que teme el Gobierno
Aun pudiendo llegar a sortear el veto del PP en el Senado a la base de los Presupuestos, argumentando que un informe de la Abogacía del Estado -que nadie vio- justifica que se use como objetivos de déficit los enviados para su evaluación a la Comisión Europea hace unos meses, el veto final que no podrán sortear en el Congreso es el de Puigdemont.
Una vez más, Junts se volverá imprescindible en el Congreso para permitir al Gobierno aprobar la Ley de Presupuestos de este año 2024. El Gobierno no quiere saber nada del PP. Y ya se sabe qué ocurre cuando los de Puigdemont se vuelven imprescindibles para algo: que sangrarán al Ejecutivo en forma de chantaje para tratar de acaparar un rédito que puedan vender -como logro- a sus electores. Previsiblemente tratando de incrementar los cada vez más insostenibles agravios comparativos entre Cataluña y el resto de las comunidades autónomas.
Además de no querer entrar en tal nueva batalla, cabe recordar, el Gobierno de Sánchez sigue todavía inmerso en otra tan dificultosa como polémica: la de la aprobación final de la Ley de Amnistía. Y va para largo. El resumen es el mismo, los chantajes de Junts al Gobierno. Es normal que desde el Ejecutivo no quieren entrar en un nuevo escenario de presiones por parte de Puigdemont sin todavía haber cerrado el capítulo anterior. El problema, una vez más, es para el conjunto de los españoles: sin nuevos Presupuestos, el aprobar Leyes de ámbito, por ejemplo, social, se vuelve todo un encaje de bolillos. Y jugar al Tetrix con lo de comer, no se asemeja muy recomendable.