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Grietas en el PSOE: Sánchez culpa a sus barones y alguno se atreve a contestar

Lobato (Madrid) pide “escuchar” a Page y Tudanca (Castilla y León) reclama una “reflexión” sobre lo sucedido en Galicia

Pedro Sánchez y Juan Lobato (líder del PSOE de Madrid) en un acto de la campaña del 28M

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Hace mucho que en el PSOE dejó de haber discrepancias internas. Pedro Sánchez controla el aparato del partido y, salvo el caso de Emiliano García Page, los demás secretarios generales autonómicos son de la cuerda del líder, leales a su figura más que a las siglas de su formación. Sin embargo, Pedro Sánchez les culpa a ellos de los maños resultados que arrastra el PSOE allí donde se convocan elecciones. No hay contestación, aunque en las últimas horas empiezan a escucharse algunas voces que, de manera más o menos velada, comienzan a lanzar críticas.

En mayo pasado el PSOE perdió gran parte de su poder autonómico y ya solo conserva 3 comunidades autónomas: Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha. La debacle del domingo pasado en Galicia, donde el PSOE hizo una campaña no para ganar sino para sumar con los independentistas del BNG, confirma la tendencia al hundimiento de los socialistas.

Juan Lobato pide "escuchar" a Page, que a su vez echa la culpa a Sánchez de la debacle electoral del PSOE en Galicia

El silencio de los barones regionales es atronador, especialmente de aquellos que teóricamente están blindados ante la ira de Sánchez porque gobiernan en sus respectivos territorios, como María Chivite en Navarra y Adrián Barbón en Asturias. Silencio total ante el declive del partido.

Sólo Juan Lobato, el líder del PSOE de Madrid, ha tenido el valor de abrir una mínima brecha en la muralla de silencio impuesta por Ferraz, con unas declaraciones que a buen seguro no han sentado nada bien en Ferraz ni en Moncloa: “hay que escuchar” a Page, ha dicho.

No es una declaración sin más. Es prácticamente un aval a las críticas que el líder socialista de Castilla-La Mancha lanzó de manera directa contra Sánchez tras el fuerte retroceso del PSOE en Galicia: “Si el PP no hubiera sacado mayoría absoluta, hoy hablaríamos de las consecuencias nacionales, no gallegas. Sería el principio de la decadencia. Si pasa lo contrario, la conclusión también tiene que ser nacional”.

Lobato no tiene el peso específico ni la repercusión de Page, pero se suma al barón más crítico con Sánchez en un momento delicado en el que la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ha salido contra él para decir lo contrario que el madrileño, que a Page no hay que escucharle porque es “incomprensible” que haga esas declaraciones. “Uno siempre tiene que saber cuando su equipo juega cuál es la camiseta que uno lleva”, ha dicho.

Las elecciones generales aplazaron la "reflexión"

Lobato no está en esa sintonía. Es más, desliza que desde las pasadas elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo está pendiente una autocrítica que no se ha hecho. “La reflexión que no hicimos en mayo, porque se convocaron las elecciones generales y no dio tiempo, la tenemos que hacer ahora”, opina al respecto.

De forma mucho más leve, pero en esa misma onda, se ha pronunciado el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca. A su juicio, también es necesaria una “reflexión” sobre los resultados “inexcusablemente malos” obtenidos en Galicia. Hasta ahí se ha atrevido a alzar la voz el burgalés. No llega ni a la categoría de arañazo al líder, pero algo es algo cuando hasta ahora sólo se escuchaban aplausos.

Page:“Si el PP no hubiera sacado mayoría absoluta, hoy hablaríamos de las consecuencias nacionales, no gallegas. Sería el principio de la decadencia. Si pasa lo contrario, la conclusión también tiene que ser nacional”

Probablemente aquí termine la rebelión, pero al menos lo que han conseguido las declaraciones de Lobato y Tudanca es poner de manifiesto que hay malestar interno en el PSOE, que algo se mueve contra el hasta la fecha indiscutible Pedro Sánchez. Al fin y al cabo si nada cambia ellos mismos, tarde o temprano, tienen muchas posibilidades de ser devorados por el sanchismo en las urnas.