El ‘caso Koldo’ y los seis frentes que amenazan a Sánchez, al PSOE y al Gobierno
El ‘sanchismo’ se enfrenta a una tormenta perfecta que le cerca por media docena al menos de flancos: mediático, judicial, institucional, europeo, electoral y la rebeldía del propio Ábalos.
El frente más preocupante y menos esperado que ha abierto el caso Koldo para Pedro Sánchez , su Gobierno y su partido es el del ex ministro José Luis Ábalos. Su rebeldía ante el PSOE ha cogido por sorpresa a todos. No entraba en los cálculos de nadie que el diputado se atrincherara en su escaño desafiando e incluso amenzando de manera velada a su propio partido y al Gobierno: “Ya no tengo disciplina”, ha dicho a modo de advertencia.
Es decir, fuera del PSOE puede hacer y decir lo que quiera. Hace unos días, en una entrevista en La Sexta aseguró que quienes le presionaban (para dimitir) “tienen a sus espaldas cosas peores que esta”. Aviso a navegantes que pone en guardia a Moncloa y a Ferraz.
Ábalos, sin ir más lejos, se comió el marrón de Delcy Rodríguez y sus maletas misteriosas y ha acompañado a Sánchez desde el Peugeot con el que recorrió España para ganar las primarias del PSOE hasta la Moncloa. Sabe mucho y calla mucho, por ahora.
La tortura mediática que espera al Gobierno
El frente mediático va a ser otra pesadilla para el Gobierno y el PSOE. Y se aventura largo. Hay múltiples elementos que van a mantener vivo este asunto en las portadas, los debates y las televisiones: lo que pueda decir Ábalos; los pasos judiciales que se vayan dando; las ramificaciones que se conocen y otras que puedan surgir; las explicaciones que debe dar y no ha dado el número tres del PSOE, Santos Cerdán, descubridor de Koldo García y responsable de que un tipo de su pelaje haya llegado a este nivel de protagonismo político, y las aclaraciones que deben los ministros Grande Marlaska, Ángel Víctor Torres y la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que tarde o temprano tendrán que dejar de esconderse.
La investigación en el Senado será muy dura
El frente institucional tampoco va a ser menor. El PP va a hacer valer su mayoría absoluta en el Senado para montar una comisión de investigación absolutamente incómoda para el Gobierno, empezando por el presidente Sánchez que es previsible que tenga que prestar declaración ahí.
Más allá de que esa comisión sirva o no para aclarar responsabilidades políticas, es evidente que puede hacer mucho daño en la imagen del Gobierno, de los ministros salpicados y de dirigentes del PSOE que tienen que dar muchas explicaciones de la gestión de este asunto.
Es previsible que este caso de corrupción que afecta al seno del Gobierno y del sanchismo en su conjunto aumente la factura electoral que los ciudadanos puedan pasarle a Pedro Sánchez
La causa judicial va a ser otro martilleo constante en los próximos meses. La investigación está aún abierta y, aunque avanzada, veremos hasta dónde llega. De momento ni Ábalos ni ministro están imputados, ni siquiera han sido citados como testigos, pero es razonable pensar que puedan ser llamados en algún momento porque la trama se complica a medida que vamos conociendo detalles.
Europa toma también cartas en el asunto
De momento el caso ya ha cruzado nuestras fronteras. La oficina antifraude europea (OLAF) investiga el asunto a instancias de la fiscalía anticorrupción española. Y es que tanto el Gobierno de Canarias, presidido entonces por el hoy ministro Torres, como el de Baleares, gobernado por actual presidenta del Congreso, Francina Armengol, utilizaron fondos europeos por importe de 15,3 millones de euros para pagar los contratos de suministro de mascarillas firmados con la empresa de las mordidas.
“La Comisión Europea tomará todas las medidas necesarias para proteger el presupuesto de la Unión Europea y tiene tolerancia cero con el fraude", ha asegurado un portavoz comunitario que cita Europa Press.
El PP va a hacer valer su mayoría absoluta en el Senado para montar una comisión de investigación absolutamente incómoda para el Gobierno
Ese frente europeo es el quinto al que tiene que responder Sánchez y probablemente el más doloroso para él. La amnistía ya le ha deteriorado su imagen en la UE y este caso de presunta corrupción puede acabar convirtiéndole en un villano a ojos de sus socios europeos.
Y todo eso en medio de diversos procesos electorales ya previstos: el 21 de abril las elecciones autonómicas del País Vasco y a primeros de junio las Europeas. Si en Galicia ya se vio el coste electoral que ha tenido para el PSOE la ley de amnistía, es previsible que este caso de corrupción que afecta al seno del Gobierno y del sanchismo en su conjunto aumente la factura electoral que los ciudadanos puedan pasarle a Pedro Sánchez.
Desde luego, las elecciones Europeas, que ya se presentaban como una prueba dura para él van a ser todo un plebiscito del que probablemente no salga nada bien parado.