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El horizonte de Sánchez: Amnistía incierta, legislatura larga

Al margen de la metodología, y de la versión oficial sobre el supuesto “triunfo de la convivencia", lo que sí transmite el entorno del presidente es que “hay legislatura para rato”

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.

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No había que ser adivino para saber que habría retoques en el texto de la Ley de Amnistía y que el bloque del Gobierno y sus socios le daría el visto bueno. En esta ocasión, para variar, una vuelta de tuerca más para “tranquilizar” el espíritu de Carles Puigdemont y del independentismo catalán.

Este martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiso soltar prenda sobre el contenido de los cambios en al futura norma, pero según fuentes de la negociación, ni siquiera él tenía el texto definitivo en ese momento, con el visto bueno de Junts. Estas mismas fuentes aseguran que, en la elaboración del texto, liderada por el ministro Félix Bolaños, hay “pluma” y “consejos” de cierto letrado del TC, que ya se había echado las manos a la cabeza anteriormente, viendo los derroteros que llevaba la futura ley.

Cada cual con su calendario, pero los intereses de unos y otros convergen. Sánchez quiere seguir en la Moncloa y ni ERC ni Junts tienen prisa alguna por romper con el Gobierno y forzar la salida de Sánchez, por más amenazas y “colorín colorados..” que profieran.

La cuestión es que la solución que han buscado pasa por tratar de eludir la legislación española y, en concreto, el Código Penal, y referenciar la Amnistía a la legislación europea, para evitar así que caiga con todo su peso el Código Penal español sobre aquellos independentistas que pudieron haber cometido delitos tipificados en él.

Al margen de la metodología, y de la versión oficial sobre el supuesto “triunfo de la convivencia” que ha hecho sonrojarse a más de un socialista en los últimos tiempos, lo que sí transmite el entorno del presidente del Gobierno, es que “hay legislatura para rato”, con Sánchez al frente, porque, pese a que quedan ciertos “flecos” por cerrar con los socios del Ejecutivo, los Presupuestos Generales del Estado saldrán adelante, no solo porque forman parte del acuerdo con Junts, sino porque les interesa tanto al Gobierno como a sus socios.

Cada cual con su calendario, pero los intereses de unos y otros convergen. Sánchez quiere seguir en la Moncloa y ninguno de los dos partidos del independentismo catalán (ERC y Junts) tienen prisa alguna por romper con el Gobierno y forzar la salida de Sánchez, por más amenazas y “colorín colorados..” que profieran.

Para Puigdemont, conseguida la aprobación del texto de la Ley de Amnistía (que aún tardará, puesto que va a “dormir” todo el tiempo que la mayoría absoluta del PP en el Senado pueda lograr (incluso recurriendo si fuera necesario a la interposición de una cuestión de competencia ante el mismísimo TC, según fuentes del PP) el objetivo más inmediato es poder presentarse de nuevo a las elecciones europeas.

Si las cosas van como parece, serán los tribunales españoles quienes planteen, como jueces europeos que también son, una o más cuestiones prejudiciales sobre la validez del texto una vez se publique en el BOE ante los tribunales europeos. Desde ese momento…¡habrá que esperar! Y los efectos buscados de la Amnistía también, porque se suspenderán temporalmente. Según fuentes jurídicas no es nada descabellado que pasen alrededor de dos años hasta que el TJUE dictamine .

Según admiten fuentes independentistas, el presidente está jugando a aprobar la ley de Amnistía al tiempo que estira como un chicle su legislatura, pero sin las garantías que les asegura tener de que el texto saldrá adelante.

Por todo ello, Puigdemont es consciente que, por ahora, su mayor salvaguarda sigue siendo su escaño de eurodiputado, que aspira a renovar tras las elecciones del 9 de junio. Con respecto a ERC, Oriol Junqueras ya cuenta con que el calendario no le acompaña y que esa Amnistía no llegará a tiempo para permitirle levantar la inhabilitación con la que le condenó el Tribunal Supremo. Por su parte, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, tampoco ve necesidad alguna para adelantar unas elecciones que todo apunta que acabarían poniéndole de patitas en la calle o, incluso, situando de nuevo a Junts por delante de su partido tras los comicios.

De hecho, el plan de Sánchez tiene en cuenta las guerras internas en el independentismo y juega con la necesidad que tienen ambos de ganar tiempo en tanto en cuanto no puedan operar libremente en política. Incluso dentro del independentismo hay quien sospecha de las supuestas “buenas intenciones” de Sánchez.

Según admiten fuentes independentistas, el presidente está jugando a aprobar la ley de Amnistía al tiempo que estira como un chicle su legislatura, pero sin las garantías que les asegura tener de que el texto saldrá adelante. Conseguidos al menos dos años más de legislatura, ni siquiera el caso Koldo -que azota todos los días al PSOE y su entorno- puede tumbar el Gobierno a Pedro Sánchez.

Entre el presidente y sus socios tejen y destejen una bufanda legal que permite ganar tiempo a unos y a otros y que, llegado el momento, debería arropar a los independentistas… Pero nadie puede asegurarlo, ni siquiera el propio Sánchez. Es posible que acabe ahogándoles con ella o que se ahorque a sí mismo o, más bien, al PSOE, de cara a las próximos comicios.