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La posible repetición electoral catalana complica más los Presupuestos a Sánchez

Ha comenzado a extenderse entre la clase política de Cataluña que podría haber un bloqueo a cualquier intento de formar Gobierno, tales son los vetos cruzados que se despachan allí

Cataluña como epicentro del Gobierno sanchista

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Mientras PP y PSOE intentan despedazarse el uno al otro y viceversa, aquellos a quienes nada puede hacer más felices que una España despezada se regocijan y suben el precio a su apoyo al PSOE. Lo hacen tanto Carles Puigdemont, como los de ERC, con Marta Rovira a la cabeza, Oriol Junqueras o, si se lo permiten, el propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

En su competición por ver quién es más independentista, va ganando posiciones el líder de Junts, que más parece que logra arrodillar al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Se partían de risa en Junts cuando Pere Aragonés salió recientemente con su exigencia de conseguir un sistema fiscal similar al cupo vasco, puesto que, según palabras de uno de sus dirigentes, "esa pantalla ya la tenemos superada, desde que Artur Mas se lo planteó al entonces presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y éste hizo caso omiso".

Quizás por eso, la dirigente de ERC, fugada de la justicia española, Marta Rovira, salió a decir horas después que, en realidad, su meta está en el referéndum de independencia y que, de hecho, ellos (ERC) ya está negociando con el PSOE y el Gobierno sobre esta demanda.

Por su parte, el PSOE lo niega y, acompañan su desmentido con esta argumentación que hace un dirigentes socialistas a ESdiario: "pero si no podemos negociar ni los Presupuestos Generales del Estado ¿Cómo vamos a negociar un referéndum?". Visto así… puede ser creíble, pero tantas cosas increíbles se han convertido en realidad en los últimos tiempos que sería suicida poner la mano en el fuego por nadie.

Personalmente, creo que ERC y Junts están en plena berrea electoral, viendo quién la dice más gorda por ver quién lidera el independentismo en las próximas elecciones catalanas, mientras el líder del PSC, Salvador Illa, tiene que lidiar con la incógnita de no saber hasta dónde pueden llegar las peticiones de sus rivales y, lo que es peor, hasta dónde las concesiones de Pedro Sánchez.

En la última sesión plenaria antes de esta Semana Santa, diferentes dirigentes socialistas comentaban que, en el fondo, la inesperada convocatoria electoral suponía para ellos una liberación, porque, por fin, sabrían a qué atenerse y con quién y cómo asociarse para tratar de seguir al frente del Gobierno, una vez resuelta y despejada la incógnita de la fuerza real y la capacidad de influir del independentismo en las decisiones del Gobierno, algo que podría resumirse en el fin de tener que arrastrar los pies en la legislatura.

La cuestión es que, vistas las últimas encuestas y vistos los previsibles resultados, ha comenzado a extenderse entre la clase política catalana que podría haber un bloqueo claro a cualquier intento de formar Gobierno, tales son los vetos cruzados que se despachan en Cataluña. Así, aunque Illa sea el líder del PSC, el partido más votado previsiblemente, parece que los independentistas le van a la zaga y que ni Aragonès y ERC se desploman tanto como parecía, mientras que Junts y Carles Puigdemont recuperan posiciones, pero no de forma tan mayoritaria como se creía.

Tal vez la única subida fulgurante sea la del PP que, en todo caso, no tiene opciones de Gobierno en Cataluña. Por todo ello, hay quien, en Cataluña y, por ende, en los cuarteles generales de los grandes partidos, ya maneja la posibilidad de una eventual repetición electoral, hacia el mes de octubre, ante la imposibilidad de formar Gobierno por parte de sus representantes políticos.

La circunstancia de la repetición electoral ya la hemos vivido a nivel nacional, pero el verdadero interrogante que se abre, si finalmente es necesario repetir los comicios, es qué hará Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, que ni siquiera ha querido presentar las cuentas de 2024, dada la complejidad de alcanzar acuerdos con sus socios independentistas, hasta que no se celebren las elecciones catalanas. De acuerdo con la Ley, si el 1 de octubre no ha presentado ante el Parlamento las cuentas públicas, está obligado a prorrogar también las del año 2025. Suma y sigue…

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