Sánchez y el PNV, responsables del auge de Bildu: los proetarras cerca de ganar
Todas las encuestas sin excepción dan una subida muy notable a la formación proetarra que se beneficia de las estrategias nacionales del PSOE y el PNV y puede incluso ganar las elecciones
Desde la llegada a la Moncloa de Pedro Sánchez, Bildu no ha dejado de crecer en el País Vasco. De los 18 escaños que tenía en 2016 pasó a 21 en las elecciones de 2020 y ahora todas las encuestas sin excepción reflejan una subida espectacular que le sitúa en condiciones de disputarle la victoria al PNV.
Ese auge de Bildu podría no tener nada que ver con la presencia de Pedro Sánchez en el Gobierno si no fuera porque ha ido en paralelo a la sintonía en las relaciones entre la formación abertzale y el PSOE. Los socialistas, necesitados de apoyos, han ido dando pasos hacia la normalización de Bildu hasta el punto de convertirlos en socios leales y preferentes.
A Pedro Sánchez nada le ha impedido implementar esa estrategia de blanqueamiento, ni siquiera la presencia de 44 condenados de ETA en sus listas de las últimas elecciones municipales, siete de ellos por asesinato.
Los momentos culminantes han sido tres: la foto en el Congreso entre Pedro Sánchez y la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa (condenada por apología del terrorismo) en octubre pasado; la entrega de la alcaldía de Navarra a los proetarras con los votos del PSOE un par de meses después, en diciembre, y las palabras del ministro Óscar Puente en aquel momento con las que definió a la formación proetarra como un “partido progresista democrático”.
La cuestión evidente para muchos votantes de izquierda en el País Vasco es por qué no votar a un partido “progresista democrático”, socio del Gobierno en Madrid, con el que Sánchez se reúne y fotografía sin ningún problema. ETA ya no existe, como repite hasta la saciedad el Gobierno, hay que pasar página y Bildu es un partido progresista.
Así que dicho y hecho. Bildu, desprovisto por la propaganda socialista de su evidente cariz proetarra, ha acaparado el voto de la izquierda a la izquierda del PSOE hasta el punto de que ni Sumar ni Podemos se pueden quedar fuera del Parlamento vasco o con una mínima representación en el mejor de los casos. Es una izquierda tan izquierda como esas otras, pero con el componente identitario que allí cala. Por eso barre.
El PNV también impulsa a Bildu
Si hacemos caso a las encuestas, es falsa la premisa de que el PNV está en declive. La media de las publicadas hasta ahora le otorga entre 27 y 28 escaños, que está dentro de lo que ha obtenido en los últimos tres comicios autonómicos (27 en 2012; 28 en 2016 y 31 en 2020).
El problema no es tanto su desgaste, que no es demasiado acusado, sino de crecimiento de Bildu. Y el PNV tiene mucho que ver ahí también de forma indirecta, en la medida que ese auge de la extrema izquierda proetarra viene promovido por el ‘sanchismo’ al que también han aupado y mantenido en Moncloa los nacionalistas vascos.
El papelón del PSOE
El PSOE ha quedado reducido allí a ser un partido decisivo para entregar el Gobierno al PNV o Bildu, pero que en ningún caso aspira a ganar. Así de claro lo expresa su lema de campaña: "Vota al que decide".
Eneko Andueza asegura con pretendida rotundidad "que no vamos a gobernar con EH Bildu", lo que no quiere decir exactamente que no le vayan a dar el Gobierno a ese partido.
La frase es muy ambigua, la falta de credibilidad del PSOE es grande y los antecedentes de Pamplona son tan claros, que no sería sensato afirmar que los socialistas no vayan a hacer Lehendakari al candidato proetarra. En realidad es un contrasentido no darle el Gobierno a un "partido progresista democrático". Como se le escapó a locuaz Puente hace unos días: "hay que esperar a ver qué resultados hay".