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Bildu entierra la independencia porque sólo la quiere el 22% de los vascos

El laboratorio que lidera Otxandiano, 850 muertos después, detectó que vendía más la sanidad que el "gora Euskadi askatuta"

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, y el coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi.

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano, y el coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi.

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Bildu ha enterrado la independencia en el zulo de Ortega Lara. Sólo osa proclamar que hay que dar un salto soberanista tras su mejor resultado electoral. Nadie sabe qué es eso. Presumiblemente, una mejora pactada del Estatuto.

Qué horror para los abuelos pistoleros. Pactar con el Estado. Si Bildu no apela a la independencia es por fuerza mayor. La culpa es de un santón de la independencia, Telesforo Monzón. Vaya, su fundación. Y casualmente tiene como patrono desde 2018 a un tal Pello Otxandiano.

Entre otras actividades esta fundación tiene una vocación: medir la pulsión independentista. “Aunque a nivel de Euskal Herria las aspiraciones soberanistas e independentistas siguen en el centro de la política, no está muy claro cuál es la opinión de los ciudadanos sobre la soberanía, el autogobierno, la independencia y otras cuestiones transversales a ellas”. Lo estudia su naziometro.


El laboratorio que nutre de ideas a Bildu borra las antiguas certezas por las que mataba ETA. Y asumían sin titubeos los comisarios de su aparato político, incluido Arnaldo Otegui tras dejar la sección de asesinatos y secuestros.

Durante 60 años el abertzalismo radical vasco asesinó más de 800 veces porque sabía por ciencia infusa que toda Euskadi quería su liberación. Ahora le atenazan las dudas, los sondeos.

El naziometro, en los últimos años, ya no abre con las pulsiones separatistas, sino con las deficiencias sanitarias. El laboratorio de Otxandiano ha visto que ahí sí había un caladero electoral.

Y es que a Bildu le vienen sonriendo encuestas y resultados. Pero hay unos sondeos donde no levanta cabeza en los últimos años: sólo el 22% de los vascos quiere la independencia. Lo marca su último naziometro, de 2023.

Leído al revés es demoledor. El 88% de los vascos no sueña con la independencia o la rechaza. Suponiendo que sólo fueran independentistas los votantes de Bildu… esta formación tiene prestados diez puntos de votantes no indepes.


Los dirigentes de Bildu celebrando sus resultados electorales del 21A.


Este socavón independentista no es un fenómeno reciente. 2022 agudizó una continuada caída. “A la pregunta ¿En qué medida está usted de acuerdo con independizarse de España/Francia?, al igual que en las mediciones anteriores, la mayoría se muestra en contra (44,7%; aumento de 2,6 puntos).

A favor se sitúa el 22,4% (descenso de 4 puntos). Es decir, la postura contraria a independizarse de los estados casi ha doblado a la favorable. La de ahora ha sido la mayor diferencia de las cuatro mediciones”. Y lo dice el aparato sociométrico de Otxandiano. ¿Cómo no va a dar Bildu un giro a sus posiciones?

El naziometro, en los últimos años, ya no abre con las pulsiones separatistas, sino con las deficiencias sanitarias. El laboratorio de Otxandiano ha visto que ahí sí había un caladero electoral.

Y ha sido la tumba de Podemos. Bildu ha fagocitado sus reivindicaciones sociales. “Mayoría a favor de la sanidad pública. La opinión favorable a la sanidad pública está muy extendida entre la ciudadanía vasca. Una amplia mayoría desearía que en el futuro la sanidad fuera totalmente pública o más pública que hoy”.


“Recursos escasos o mediocres dedicados a la salud pública. Casi la mitad de la población (47%) afirma que los recursos que las administraciones dedican a la sanidad pública son escasos o muy escasos. Otro 33% dice que son mediocres”.

La doble pinza soberanista, PNV y Bildu, arrancará lo que pueda de la orfandad sanchista. Pero los constitucionalistas tienen motivos de optimismo: al electorado vasco le horripila toda fórmula que no sea pactada.

Aquí explota la paradoja socialista. ¿Cómo Sánchez no aúpa a Ajuria Enea un partido que repite sus mensajes contra la política sanitaria del PNV? ¿Por qué no abandona el barco del PNV, gestor de tan oprobiosa sanidad?


Claro, está feo gobernar con un partido cuyo líder trabajó para una banda que ahora queremos que abomine su subordinado, un tal Pello. Exigimos que llame terrorista a su jefe. Lo que no hace Sánchez.

Pello, precise o no gafas, no está ciego. Acabará con estrabismo de tanto mirar para otro lado, pero eso es otra historia. La doble pinza soberanista, PNV y Bildu, arrancará lo que pueda de la orfandad sanchista. Pero los constitucionalistas tienen motivos de optimismo: al electorado vasco le horripila toda fórmula que no sea pactada.

"Cuando se habla de Estado Vasco, los ciudadanos ven una seguridad, o un sistema bien organizado, les da una garantía; sin embargo, ellos ven la independencia como algo repentino", explica una directiva del naziometro.

"Hasta ahora prevalecía la opinión de que el modelo de Estado debería dar derecho a decidir a las comunidades autónomas; ahora, sin embargo, la primera opción del público es dar más autoridad o competencia a las comunidades autónomas; en ese sentido se ve una tendencia más autonomista". Bildu no se ha moderado. Se han moderado sus electores. Y Otegui se resigna: patria o votos.


Acaso son conscientes de lo que decía en El Mundo un economista: “Nuestro nivel de bienestar no se corresponde con nuestro nivel de productividad. Tenemos unos niveles de bienestar que, en parte, podemos mantener porque recibimos transferencias netas del resto del Estado. Si eso se elimina, nuestros niveles de bienestar comenzarán a bajar”.

Por no hablar de una población envejecida, 23%, que recibe pensiones del resto de España. Otegui ya va teniendo una edad. Y ETA no le cotizó sus años de plomo.



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