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El teléfono móvil de Sánchez colapsa, el PSOE convulsionado y el PP al ataque

En Génova dicen tener claro que Sánchez ha montado un teatrillo y que no tiene ninguna intención de abandonar. Pero, como se temen un nuevo giro de guion, salen con el pie por delante.

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.

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Pedro Sánchez ha conmocionado y sorprendido a su partido, enfurecido a los ya furiosos contra su persona, su acción de Gobierno y su figura, y descolocado a sus socios de la periferia independentista, muy a su pesar.

Hay quienes, dentro del propio PSOE, creen sinceramente que Sánchez ha colapsado. Otros de sus compañeros de partido no descartan que el anuncio del presidente tenga su parte de estrategia o de golpe de efecto. Mientras reflexiona, para unos, o deshoja la margarita, para otros, su teléfono móvil colapsa también, lleno de mensajes de apoyo, de ánimo e incluso de peticiones para que siga adelante al frente del Gobierno.

De entre sus allegados consultados por ESdiario, son más los que dicen estar firmemente convencidos de que se irá. Con todo, el teléfono presidencial no va a dejar de recibir este tipo de mensajes hasta el próximo lunes.

Las opciones que se manejan, sin ninguna certeza, puesto que Sánchez ha llevado todo este asunto con extremo sigilo, apuestan por la posibilidad de que el presidente, en caso de permanecer en su cargo, lo supedite al sometimiento a una moción de confianza.

El acto del Comité Federal, que se reunirá sin él este sábado, será, sin duda, un" homenaje" a Sánchez y un clamor de entre los suyos, para tratar de convencerle de que no "tire la toalla". Pero incluso los más optimistas admiten que, sea cual sea la decisión de Sánchez, lo que anuncie el próximo lunes puede ser "me voy", pero no puede ser "me habéis convencido, me quedo", sin más.

Las opciones que se manejan, sin ninguna certeza, puesto que Sánchez ha llevado todo este asunto con extremo sigilo, apuestan por la posibilidad de que el presidente, en caso de permanecer en su cargo, lo supedite al sometimiento a una moción de confianza.

Sánchez y una hipotética cuestión de confianza

Pero esa cuestión de confianza iría vinculada no solo a una votación en el Congreso de los Diputados en la que Sánchez esperaría recabar los mismos apoyos que obtuvo en su investidura, sino que se asociaría a algún tipo de declaración política, un compromiso de actuación, del que nadie sabe nada. Por el mismo precio, PP y Vox volverían a ser retratados como una unidad de destino en la política española, algo a lo que el presidente Sánchez sabe sacar un gran partido electoral.

Los teléfonos de Pedro Sánchez echan humo en estas horas de convulsión en el PSOE.

En el mundo de la especulación en el que se mueven los afines a Sánchez, son pocos los que han podido hablar con él, después de publicada su carta a los españoles, en la que anunciaba su periodo de reflexión. Y tampoco ellos saben qué tiene en mente y cuál será el anuncio de su líder, el próximo lunes.

En el PP dicen tener claro que Sánchez ha montado un teatrillo y que no tiene ninguna intención de abandonar la Moncloa. Se temen un nuevo giro de guion de Sánchez y salen con el pie por delante, para evitar que en esta ocasión los vuelva a pillar desprevenidos.

De momento, intentan convencerle de que no se vaya. Su marcha, eso sí lo tienen claro, deja a un PSOE aquejado de un enorme hiperliderazgo, sin líder y sin delfín a la vista y al país ante una situación inédita, algo parecido a lo que se vivió recientemente en Portugal, cuando dimitió el Primer Ministro socialista, Antonio Costa.

El resultado allí es conocido: hubo convocatoria electoral y las urnas lusas posibilitaron un acuerdo entre derecha y ultraderecha, circunstancia que ya le han recordado a Sánchez los líderes de las principales centrales sindicales españolas, Unai Sordo ( CC.OO) y Pepe Álvarez (UGT), al unirse a las voces que piden que se quede al frente del Ejecutivo.

Lo hicieron a través de las redes sociales, la misma vía que usó Sánchez para anunciar su periodo de reflexión sobre su posible salida del Gobierno.

dicen tener claro que Sánchez ha montado un teatrillo y que no tiene ninguna intención de abandonar la Moncloa. Se temen un nuevo giro de guion de Sánchez y salen con el pie por delante, para evitar que en esta ocasión los vuelva a pillar desprevenidos.

El caso es que si, por fin, Sánchez se marcha, volverá a pillarles a contrapié, porque ¿qué argumentarán entonces? Aunque tienen el 50% de probabilidades de acertar... o de equivocarse.