El plan de Sánchez a partir del lunes: “Si se queda va a ir muy fuerte”
Muchos apuntan a que Begoña no es más que una excusa para atacar los dos pilares de la democracia que aún se le resisten. Frenar a la ultraderecha justificaría cualquier cosa.
"Si se queda va a ir muy fuerte", decía el periodista Antonio Ferreras hace muy poco en referencia a este periodo de "reflexión" de cinco días que se ha autoconcedido Pedro Sánchez para supuestamente decidir si merece la pena continuar.
Ferreras sabe lo que dice y más aún si habla de Moncloa y de Pedro Sánchez. Es su ‘entrevistador de cabecera’, amén de un periodista con muchos contactos en el entorno del presidente tanto en Moncloa como en Ferraz. Su frase no acaba ahí, en ese "va a ir muy fuerte" sino que continúa y desvela qué significa eso exactamente: "la renovación del Poder Judicial y los medios de comunicación" son su objetivo.
Casualmente, la prensa, el ‘cuarto poder’ y el Poder Judicial son los dos únicos elementos que escapan a su control. Tiene en su mano el poder Ejecutivo y también el Legislativo, con mayoría en el Congreso, Frankenstein, sí, pero mayoría al fin y al cabo, y con el desprecio y el desdén absolutos hacia el Senado.
Tiene además otras instituciones fundamentales bajo el alcance de su mando a distancia: el Tribunal Constitucional más politizado de la historia; la Fiscalía General del Estado entregada al Gobierno como jamás se había visto; el CIS trabajando como si fuera la agencia demoscópica del PSOE; el Consejo de Estado en manos de su ex vicepresidenta, y un montón de organismos públicos entregados a cargos socialistas.
Ataques a la oposición, a los jueces y a la prensa
Los ‘disgustos’ solo le han llegado por tres vías: la oposición del PP, una parte de la prensa y los jueces. Respecto al Partido Popular, ganador de las últimas elecciones generales, Sánchez se ha dedicado a describirlo como un partido en deriva hacia la ultraderecha ante el que hay que levantar un muro. Aislar a los de Feijóo es uno de sus objetivos fundamentales mientras blanquea a partidos que acaban de intentar un golpe de Estado en Cataluña o que son herederos de ETA. Necesita la existencia de una oposición, un antagonista ante el que luchar, que justifique sus decisiones. Eso se resume en una frase que repiten siempre: "hay que frenar a la ultraderecha".
En cuanto al Poder Judicial es evidente que se le resiste y por esa vía le han llegado continuos disgustos o, al menos, impedimentos y trabas a sus planes. Los jueces y sus recursos ante la Justicia europea son los que amenazan la ley de amnistía, clave de bóveda que sustenta el edificio de pactos del ‘sanchismo’. Los jueces son también los que plantan cara a Puigdemont cuando menos le interesa a Sánchez y los que le afean sus nombramientos discrecionales en la Fiscalía General y el Consejo de Estado.
Ante eso, el propio presidente del Gobierno ha llegado a hablar en público de la existencia de ‘lawfare’ en España, algo así como prevaricación judicial por motivaciones ideológicas. Ahora, la incipiente investigación sobre los negocios de Begoña Gómez han sido la excusa perfecta para volver definitivamente a la carga. Lleva tentado con asaltar el CGPJ mucho tiempo. Europa ya ha parado sus planes en alguna ocasión, pero ahora, con la excusa de esta inventada persecución judicial a Begoña, Sánchez parece dispuesto a dar el zarpazo definitivo al Poder Judicial.
El otro ‘poder’ oficioso del Estado, la prensa, ha sido también un palo en las ruedas para poder implementar en plenitud sus planes. De manera especial hay una parte de la prensa, la digital, que escapa a su control. Este periódico, ESdiario, y otros cuantos, somos los medios molestos que forman lo que en su carta describió como "galaxia digital ultraderechista". Desde TVE, televisión pública al servicio de Pedro Sánchez, y desde otros medios de izquierdas se nos define como "pseudoperiodistas" propagadores de "bulos".
Es el caldo de cultivo perfecto que justifica "ir muy fuerte" contra ellos, al igual que contra los jueces y la oposición. Todos ellos constituyen esa "coalición de intereses derechistas y ultraderechistas" que no admite los resultados electorales y que ha emprendido una "operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire" contra él, tanto en lo político como en lo personal, según denuncia en su carta.
Si eso sucede, si Sánchez va "muy fuerte" contra los jueces y los periodistas estará yendo muy fuerte contra la democracia para hacer realidad su sueño: control de todos los poderes del Estado, una autopista libre de obstáculos para hacer y deshacer a su antojo. La Constitución será entonces solo la fachada de un régimen autoritario, el ‘sanchismo’.