Rivales del PSOE amagaron hundir a Sánchez en 2014 con las saunas del suegro
Figuras del partido debatían internamente si debían filtrar el presunto escándalo familiar mientras Villarejo intentaba rentabilizarlo
El PSOE pide que se investigue el audio del ex comisario José Manuel Villarejo en el que ofrece en 2014 al ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez (PP), investigar las saunas del suegro de Sánchez, donde, según su descripción, se ejercía la prostitución.
A juicio de ambos, era un escándalo que podía matar a Sánchez, líder de un partido que abomina de la prostitución. Esta cita de Villarejo, grabada el 22 de agosto de 2014, se producía en paralelo al debate ético interno suscitado por dicho escándalo entre rivales socialistas de Sánchez. Lo confirman varios testigos.
La estrategia de Villarejo era tan oscilante que un mes antes, el 22 de julio, anotaba una inminente comida de su estrecho colaborador, el comisario Enrique García Castaño, con Sabiniano Gómez y su yerno, Pedro Sánchez, a la que supuestamente no acudió el ya secretario general del PSOE.
El senador Santamaría (PP) preguntó a Villarejo si comió con un colaborador de Sánchez en 2017. Y el comisario calló. ¿Para quién trabajaba? ¿PSOE o PP? ¿Ambos? No consta el resultado de sus bilaterales charlas. Sólo ahora aflora en la prensa sanchista, en plena crisis reputacional conyugal, un audio que Alvise regaló hace dos años a todos los "periodistas de investigación".
La Fiscalía de Sánchez, según fuentes jurídicas, no pidió ninguna investigación cuando ese material fue aportado al juez García Castellón en mayo de 2022 a través de Asuntos Internos.
Un año antes se difundió el interés de Villarejo por las saunas del suegro de Sánchez vía agendas. Tampoco hizo nada la fiscalía. Ni Sánchez se querelló contra Villarejo. La pieza del audio estaba secreta. Pero no para policía y fiscalía, bajo control de Sánchez. Sólo ahora se da por enterado.
Pero el PSOE no precisaba que se levantase el secreto de la pieza 34 de Tándem para conocer las saunas del suegro del presidente. Su existencia era un secreto a voces en la cúpula del partido antes del ascenso de Sánchez, según han confirmado veteranos socialistas.
Y no faltaban quienes propugnaban convertir en noticia los datos y documentos que poseían para apartar de la vida política a Sánchez.
Pero frente al mantra de la presunta prostitución dibujada por Villarejo prevaleció la ética de los rivales de Sánchez. Desecharon utilizar tal arma arrojadiza.
Causa estupor en veteranos socialistas que aquello que silenció el partido para preservar su imagen lo rompa Sánchez aireando unas maniobras de Villarejo que conoce su policía, CNI y fiscalía desde hace años.
Y no hicieron nada. Sánchez se ha dado un tiro en su pie. Y en el del suegro. Por salvar a la esposa lo ha hundido. Podrá exacerbar que la policía patriótica del PP desde 2014 quería usar las saunas de su suegro para destrozarlo. Pero la noticia no la ha esparcido a sus votantes la máquina del fango, sino su Brunete mediática.
Por alicorta que sea la investigación que ahora abandera, sus fiscales tendrán que hacer una pregunta sencilla a Villarejo: ¿Por qué las saunas del suegro podían matar a Sánchez? ¿Albergaban prostitución como apuntaba el excomisario? ¿Había espionaje a clientes?
No en vano, como publicó este diario hace dos años, el ultraderechista Miguel Bernad, relataba así su visita a las saunas del suegro del presidente de la mano del propio Sabiniano y del comisario Enrique García Castaño: “Al pasar por San Bernardo 38, la sauna Adán, dijeron aquí tenemos grabados. Vienen políticos, magistrados, incluso algún jerarca de la Iglesia. Les tenemos aquí grabados. Incluso dieron el nombre de un ministro socialista.”
Posteriormente, García Castaño proclamó que todas las actividades en las saunas eran legales. Villarejo ofreció evitarlo en sus pesquisas aunque era quien mejor las conocía. Mal podía vender un espionaje si El Gordo sabía todo. No constan frutos.
Ahora cabe que alguna acusación aumente el espectro investigable. ¿Por qué se reunía el suegro con la cloaca policial? ¿Cuál era la pureza de su contabilidad, basada en efectivo? ¿Existía precariedad laboral? ¿Su lucrativa caja derivó en herencias o ayudas familiares?
Torpeza procesal y política aparte, el mensaje simplista que envía Sánchez con prisa es claro. Dado que la policía patriótica intentó sacar el escándalo del padre de Begoña Gómez en 2014, todo periodista que informe de sus negocios diez años después pertenece a igual cloaca. Todos somos Villarejo. Todos somos Martínez.
Puede engañar a fans políticos y mediáticos. Pero no a la vieja guardia de su partido: “Es una conversación que se ha dado muchas veces en la cúpula del partido. De esas cosas que se saben y se comentan sotto voce”, señala un veterano dirigente.
Pero la cosa pudo llegar a peor, al fango que diría Sánchez, cuando algunos preclaros socialistas propusieron sacarlo en Prensa hace una década porque compartían diagnóstico con Villarejo, según confirman diferentes figuras del partido: "Esto es mortal para Sánchez".
Pero le salvó la ética ajena. La de sus rivales. Practicaron lo que hoy pregona Sánchez mientras denigra con bulos a parejas ajenas: no todo vale. Aunque para dirigentes de su partido su pack familiar era "horriblemente feo".