Sánchez lanza el bulo perfecto y acelera a una semana de las catalanas
Los ministros Bolaños y Puente tampoco han tenido reparos en mentir en plena campaña del Gobierno contra los bulos
Pedro Sánchez ha puesto en marcha el mayor de los bulos, el bulo perfecto, la cuadratura del bulo: ha conseguido lanzar una mentira gigantesca cuyo contenido es supuestamente la denuncia de otros bulos y la lucha contra ellos. El líder socialista pregona a los cuatro vientos que está siendo víctima de una campaña de desinformación contra él por tierra, mar y aire que se fundamenta en noticias falsas sobre su mujer, Begoña Gómez. Para darle credibilidad se encerró cinco días en La Moncloa, supuestamente afligido por el trance que estaba pasando.
"Hubo una gota que colmó el vaso, que fue precisamente la apertura de diligencias por un bulo a mi esposa, a mi mujer. Y eso me hizo tener que parar, reflexionar y tomar una decisión sobre qué dirección tomar", decía este domingo el propio Pedro Sánchez en una entrevista en el diario El País. Es la tercera que concede, todas en casa (TVE, Cadena SER y El País) y en todas ha repetido esta enorme mentira. La investigación judicial no se abre por "un bulo" sino por un conjunto de informaciones sobre las andanzas profesionales de Begoña Gómez.
La denuncia de Manos Limpias se fundamenta en una serie de informaciones periodísticas, ocho en concreto, de este periódico, ESdiario, y de otros tres: The Objetive, El Confidencial y Vozpópuli. Una de ellas, es público y notorio, publicada por The Objetive es falsa. El medio confundió a Begoña Gómez con otra mujer de idéntico nombre y apellidos. Respecto a las siete restantes informaciones nadie ha desmentido ninguna y nadie ha explicado nada. No hay querellas ni rectificaciones. Nada.
Esas noticias explican cómo Begoña Gómez escribió cartas de recomendación para la empresa Barrabés en concursos públicos, que Carlos Bárrales codirige uno de los postgrados de Begoña Gómez y que desde que ambos tienen una relación profesional la empresa ha disparado su contratación con el Estado. Que eso sea delito lo tendrá que decir un juez. Desde luego, desde el punto de vista periodístico y pensando en el derecho a la información de los ciudadanos son hechos relevantes y pertinentes.
Caso Begoña: mentira tras mentira… de Sánchez
Sánchez miente mucho sobre este asunto de su mujer. Dice además en esa misma entrevista que su esposa tuvo que dejar "buena parte" de su actividad profesional al llegar él a La Moncloa. "Mi mujer tuvo que dejar su empresa, en la que llevaba trabajando más de dos décadas, para no tener que verse enfrentada a situaciones, efectivamente, como las que la derecha y la ultraderecha le están criticando y me están criticando", afirma.
Begoña Gómez dejó su empresa del sector de marketing porque quiso y para empezar otra. Ésa es la verdad. Con su marido en La Moncloa abandonó una profesión que no tenía aparentemente ningún conflicto con el trabajo de Pedro Sánchez e inició una nueva trayectoria profesional ligada a la universidad y a la formación postgrado sin tener título universitario. Esa actividad ‘nueva’ como recolectora de fondos es la que ha traído hasta esta situación en la que muchos ven una manifiesta incompatibilidad con las tareas de su marido.
La realidad es que Sánchez trata de convertir informaciones contrastadas sobre su mujer en noticias falsas, de tal manera que queden desactivadas sin necesidad de dar explicaciones y que cualquier otra que se pueda publicar forme parte supuestamente de esa misma campaña de descrédito auspiciada, cómo no, por la derecha y la ultraderecha. Si un juez se atreve a ir más allá sabe que se expone a que le acusen de ‘lawfare’, de actuar por motivaciones políticas. Además, Sánchez pasa de ser sospechoso a víctima y se erige en el héroe que nos va a salvar del avance del fascismo. Todo de una tacada.
El Gobierno dispara bulos: la ONU y Milei
El escenario electoral no es ajeno a esta estrategia, más bien es instigador. Por eso en las últimas horas los torquemadas de la desinformación se han dedicado precisamente a lanzar bulos a diestro y siniestro. Los ministros Óscar Puente y Félix Bolaños han sido los encargados de difundirlos.
El ministro de Presidencia, haciéndose eco de una pseudonoticia, se encargó de airear que la ONU había emitido un informe en el que carga contra las leyes de concordia de las comunidades donde gobierna el PP con Vox y en el que también exige corregirlas. Poco después nos enteramos que la ONU como institución no tiene nada que ver con ese informe, que en realidad es un trabajo de tres relatores que solo se representan a sí mismos. Es su "opinión" no vinculante, aclaran desde Naciones Unidas. Para colmo, al menos uno de los relatores tiene estrechos lazos con Podemos y con el exjuez condenado por prevaricación, Baltasar Garzón.
Horas después muchos dirigentes socialistas, como el secretario general en Castilla y León, Luis Tudanca, siguen repitiendo, impermeables a la realidad, que la ONU carga contra las leyes de concordia del PP.
Casi en paralelo a este bulo, el ministro de Transportes se sumó a la fiesta de los bulos afirmando algo mucho más grave y trascendente aún porque implica a un jefe de Estado extranjero y puede tener repercusiones internacionales. Óscar Puente dijo que el presidente de Argentina, Javier Milei, consume drogas.
Si nos remontamos atrás en el tiempo, los bulos son parte consustancial de la forma de gobernar de Pedro Sánchez: nunca iba a gobernar con Podemos; jamás pactaría con Bildu; era impensable hacer descansar la gobernabilidad de España sobre partidos separtistas; los indultos a los políticos del procés no verían la luz y mucho menos la ley de amnistía… Y así uno tras otro. Sánchez tiene engrasada y a punto la máquina de bulos y ha sido capaz de soltar el bulo perfecto.