La baza del PP en Cataluña para expulsar a los independentistas del poder
Tanto Feijóo como Alejandro Fernández creen que hay una oportunidad para que ERC y Junts se queden fuera de la Generalitat. El problema es que requiere un imposible: la implicación del PSOE.
¿Quién pactará con quién? Esa es la pregunta clave para la noche del domingo en Cataluña. La respuesta la darán las urnas, pero parece haber una posibilidad por encima de todas: que el PSOE haga presidente de la Generalitat a un independentista. Al revés resulta impensable. El PP, no obstante, quiere jugar sus cartas hasta el final y apunta a una posibilidad para evitar que el independentismo siga mandando en Cataluña.
El PP, si aglutina voto del PSC y Vox, puede llegar a tener la llave para que no haya un presidente independentista en la Generalitat
La victoria del candidato socialista, Salvador Illa, que dan por segura todas las encuestas, sin excepción, va a quedar probablemente en un gran ejercicio de frustración. “Illa ganará, pero no gobernará”, resume un dirigente del PP a ESdiario. Es lo que le ocurrió a Ines Arrimadas con Ciudadanos hace unos años aunque con una enorme diferencia: Arrimadas no estaba dispuesta a entregar sus votos a los independentistas e Illa sí.
El escenario más probable es que el PSC sume lo suficiente junto a ERC y Comuns/Sumar como para que Pere Aragonès sea investido presidente de nuevo. El único inconveniente es el más que previsible enfado de Puigdemont, que va a quedar por encima de ERC, y sus posibles consecuencias o repercusiones en la gobernabilidad de España. Por eso no es destacable tampoco que Illa acabe cediendo sus votos a Puigdemont. Por lo pronto ni él ni Sánchez se atreven a negarlo.
Alejandro Fernández y el voto útil
El PP juega sus cartas en este final de campaña. Quiere ser decisivo, tener capacidad de decantar la balanza hacia el constitucionalismo. Lo cierto es que las encuestas no le dan esa posibilidad, al menos hasta ahora. En todo caso, su plan pasaría por hacer presidente a Illa, como mal menor y siempre que se cumpla una condición que parece imposible en estos momentos y que apuntan fuentes solventes de Génova: “que el PSC rompa con el nacionalismo en toda Cataluña”.
Suena a quimera porque dos motivos. Primero porque, para que el PP consiguiera tener los votos suficientes como para decantar la balanza, Vox tendría casi que desaparecer en Cataluña. Y, segundo, porque el plan requiere que el PSOE esté dispuesto a pactar con el PP rompiendo antes en todos los ayuntamientos y diputaciones con ERC y Junts. “Eso no va a ocurrir”, reconocen esas mismas fuentes del PP.
La realidad a unos pocos días de las elecciones y a expensas de que pueda suceder algo que de un vuelco a la situación, es que el PP no va a tener capacidad de decidir quién gobierna en Cataluña y aunque la tuviera, el PSC no iba a optar por esa vía. El plan de Sánchez por España no pasa ni mucho menos por pactar con Feijóo sino por seguir de la mano de sus actuales socios.
En todo caso el partido hay que jugarlo hasta el final y el PP tiene una baza, complicada pero no imposible: un buen resultado de los de Feijóo, apelando al voto útil y robando votos a Illa y a Vox, sí podría garantizar que no haya un presidente separatista, que no es poco. Si el PSOE y Sumar no alcanzan la mayoría absoluta con ERC o con Junts ese gobierno sería prácticamente imposible. Habría una situación de bloqueo que siempre es mejor que tener a Puigdemont o a Aragonés en el Palacio de la Generalitat.