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Pocas dudas: Sánchez hará 'president' a Puigdemont para salvarse él

El tripartito de izquierdas (PSOE, Sumar y ERC) tiene escasas opciones de salir adelante y Puigdemont, que se presentará a la investidura, exige a Sánchez la abstención para ser 'president'.

Puigdemont comparece ante la prensa y anuncia que se presenta a la investidura en Cataluña

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Nunca un resultado tan bueno, una victoria incontestable, resultó tan mala noticia para el ganador. La victoria del Partido Socialista en Cataluña, de Salvador Illa, ha abierto los ojos a los independentistas. Acercarse a Pedro Sánchez, ser su socio a escala nacional, no es tan buena estrategia, mejor dicho, es una nefasta estrategia.

Que se lo pregunten a ERC y a Pere Aragonés que ha hecho el ridículo convocando elecciones para despeñarse. De hecho, el único partido independentista que sube en medio de la debacle general es el de Puigdemont que, casualmente, es también el único que le ha plantado cara a Sánchez o, al menos, el único que ha logrado que se le vea cono vencedor de sus duelos con Sánchez.

Esa constatación de que estar a partir un piñón con Sánchez no es buena cosa hace muy difícil, casi imposible, que Esquerra vaya a apoyar un Gobierno de Salvador Illa. Sería tropezar en la misma piedra o, directamente, coger la piedra y darse con ella en la cabeza.

Es mucho más probable un frente común entre los dos partidos independentistas, Junts y ERC, para exigir a Sánchez que haga presidente a Puigdemont. Eso o, como dijo el número dos de Junts, “colorín colorado” para Pedro Sánchez en La Moncloa.

A Salvador Illa se le está poniendo cara de pagafantas. Puigdemont quiere ser 'president' y va a jugar sus cartas frente a Sánchez. Hasta la fecha siempre le ha ganado la partida

Puigemont ya lo ha dejado bien claro este mismo lunes. Se ve de presidente. Así que Sánchez tiene un gran problema. Siempre que Puigdemont le ha planteado un pulso se lo ha ganado: ahí está la amnistía, ahí está la humillante firma de un pacto de investidura en el extranjero con un prófugo, ahí está la no menos humillante mesa de negociación fuera de España con un árbitro internacional y ahí está la promesa de traspasar las competencias en inmigración a Cataluña, entre otras cesiones…

Así que al pobre Salvador Illa, mascarillas aparte, que veremos cómo acaba eso, no le han dejado ni 24 horas para saborear la victoria. Se le esta poniendo cara de pagafantas… Sánchez entregará su cabeza y sus votos al independentismo para que Puigdemont sea presidente y él pueda continuar un tiempo más, veremos cuanto, en La Moncloa. Es lo único que le importa.

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