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Muere un osezno en Cabárceno al no despertar de la sedación para rescatarlo

El animal se encaramó, dos veces en tres días, a lugares peligrosos para su integridad al huir de los machos adultos. Sin embargo y pese a los esfuerzos, no ha despertado de la 2ª anestesia.

Los bomberos durante el rescate en Cabárceno del osezno fallecido posteriormente. (FOTO: 112 Cantabria)

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Raúl Puente

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Este miércoles los bomberos de Cantabria recibían un aviso desde el Parque de Cabárceno sobre un joven oso que se había subido a un risco huyendo de los machos adultos y necesitaba ser rescatado. Los servicios de emergencia se pusieron manos a la obra y subieron a esa zona de complicado acceso peligrosa para la integridad del animal -mediante una autoescala y el montaje de un sistema de rescate vertical-. Para llevarlo a un lugar seguro fue necesario sedarlo. La operación concluyó con éxito y fue trasladado a cuarentena.

Sin embargo, hay que remarcar que era el segundo rescate en tan solo tres días de este osezno que, huyendo de los machos dominantes, acabó en sitios realmente peligrosos. El domingo 12 de mayo, fueron encargados de Cabárceno los que procedieron a su rescate tras administrarle también anestesia. Esto, unido al estrés provocado por toda la situación, ha sido posiblemente la causa por la que el joven oso haya acabado falleciendo en cuarentena -donde estaba controlado y vigilado las 24 horas- al no superar los efectos de la anestesia.

Y es que, tal y como ha apuntado Santiago Borragán, veterinario del Parque de la Naturaleza de Cabárceno encargado de dar la mala noticia, la doble sedación en un espacio de tiempo tan corto unida al estrés del joven oso debido al resto de machos más dominantes, han podido ser los causantes de su fallecimiento. Un accidente inesperado en el que los principales afectados son los miembros y trabajadores del parque.

También hay que destacar que las madres de estos oseznos, tras crecer lo suficiente, los dejan en época de celo y tienen que enfrentarse a este nuevo y complicado reto de vivir en soledad ante los más grandes. “Los oseznos cuando cumplen 16 o 17 meses y las madres dejan de cuidarles, porque salen en celo, se encuentran con la realidad de la vida: con los grandes machos y otra serie de peligros por lo que es muy habitual que abandonen sus zonas”, ha explicado Barragán.

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