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Se va Urkullu, otro "negrito" de Sánchez: el PNV colapsado busca su revolución

El lendakari ha presidido este martes su último consejo de gobierno tras tres legislaturas para dar el relevo a Imanol Pradales. Y su partido, en el precipicio, se lanza a reinventarse.

Íñigo Urkullu y Pedro Sánchez se saludan.

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Nueva etapa política en el País Vasco marcada por una buena dosis de continuidad, la del gobierno de coalición PNV-PSE; y otra dosis de revolución, la de las nuevas caras encabezadas por el nuevo lendakari Imanol Pradales.

Porque tres legislaturas después se va el enemigo “negrito” víctima del sanchismo: Íñigo Urkullu. Este martes preside su último Consejo de Gobierno, el miércoles protagonizará su última agenda pública y el viernes entregará el relevo a Imanol Pradales. Mientras, nacionalistas y socialistas ultiman los nombres del futuro Gobierno Vasco. Emulando la novela de Agata Christie, Urkullu se convierte en el último negrito víctima del sanchismo.

Mientras Urkullu desvela su futuro -la prensa vasca da por echa su salida de la política y que tampoco habrá puerta giratoria a la empresa, más bien una fundación-, el PNV sigue noqueado tras los sucesivos varapalos en las urnas desde que decidió con sus cinco votos sacar a Mariano Rajoy de Moncloa y llevar allí a Pedro Sánchez.

Según el presidente del partido, Andoni Ortuzar, para ser utilizados por Sánchez como un “kleenex”. Y para engordar en las urnas desde su entrada en el conglomerado Frankenstein, a todos sus rivales: Bildu, el PSE y el PP vasco.

Por eso tras la marcha en 48 horas de Urkullu, las bases peneuvistas han empezado a enseñar la puerta de salida a Ortuzar. Y es que tras el relevo en Ajuria Enea, sede del Ejecutivo, toca ahora el de Sabin Etxea, el cuartel general del partido.

Siete años después, como en tantas otras cosas, el sanchismo ha provocado una revolución en la política vasca. Y se va Urkullu, que si por algo se ha caracterizado estos últimos doce años es por huir de los aventurerismos que tanto le gustan a Sánchez.

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