Nervios para Puigdemont y su amnistía: será imputado por traición con Rusia
El juez del caso Voloh que investiga la trama rusa del procés pedirá al Supremo imputar al prófugo catalán por conspirar con agentes de Putin, lo que complica la aplicación de la amnistía
Traspiés para el prófugo catalán, Carles Puigdemont, en su camino para la aplicación de la ley de amnistía y el borrado de todos sus delitos del procés que le permita volver a España. El juez Joaquín Aguirre, que investiga el caso Voloh, conocido como la trama rusa del procés, pedirá al Tribunal Supremo que investigue a Carles Puigdemont por los delitos de traición y malversación en su intento de lograr el apoyo de Rusia a los planes independentistas.
El juez de la trama rusa acuerda además la apertura de una pieza separada de la causa del caso Voloh en la que aparecen como investigados el ex presidente catalán, Artur Mas, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, y el director de la oficina del prófugo, Josep Lluís Alay, así como la ex dirigente de Junts, Elsa Artadi.
El juez Aguirre considera que Puigdemont tuvo un papel clave en varias reuniones con agentes rusos con el objetivo recaudar fondos económicos con los que financiar los actos de la proclamación ilegal de independencia de 2017 e incluso se habló de apoyo militar ruso a estos planes.
El prófugo catalán y sus colaboradores más estrechos establecieron contactos con agentes de Putin, que les ofrecieron ayuda para que saliera adelante la independencia con el fin de desestabilizar Europa. Hasta se conversó sobre facilitar un grupo de 10.000 soldados rusos y una partida de 500.000 millones de dólares para los planes de Puigdemont a cambio de que Cataluña fuera un paraíso fiscal de las criptomonedas.
El delito de traición es más difícil de amnistiar porque Europa no lo permite, lo mismo que ocurría con el delito de terrorismo del que también está acusado Puigdemont por los actos violentos de Tsunami Democràtic. El PSOE tuvo que hacer malabares para incluir estos delitos en la ley de amnistía y sortear a Europa con el pretexto del llamado ‘terrorismo que no atenta contra los derechos humanos’. Con la traición ocurre lo mismo, se sitúa en el borde de la aplicación, y seguro que en Europa no se ve muy bien que se perdone la conspiración con Rusia.