La culpa, de otros: las excusas de Óscar Puente para triplicar el compromiso de puntualidad de Renfe
El ministro de Transportes atribuye a la entrada en el mercado de Ouigo e Iryo esta polémica decisión. También culpa a las obras en las estaciones los retrasos cada vez más habituales y no a la ineficiente inversión en el mantenimiento del servicio.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.
Desde el próximo lunes 1 de julio, Renfe devolverá el 100% del dinero pagado por los usuarios en forma de indemnización para aquellos viajes que sufran retrasos superiores a los 90 minutos. Hasta el momento, esta devolución íntegra se realizaba si el retraso era de 30 minutos. Una polémica medida que no ha gustado a los usuarios y que llega justo en uno de los momentos en el que la empresa ferroviara gestionada por el Estado está en el punto de mira principalmente por su servicio de Cercanías.
Hay que aclarar que estos cambios solo afectan a los servicios de larga distancia y alta velocidad como son AVE, Avlo, Alvia, Euromed e Intercity. Antes de continuar, repasamos estos cambios que triplican el tiempo del retraso para ser compensados.
- Antes (desde 1992): Renfe abonaba el 50% del billete de alta velocidad o larga distancia cuando el retraso superaba los 15 minutos y el 100% del precio si era mayor de 30 minutos.
- Ahora (desde el 1 de julio de 2024): las restribuciones pasan a ser del 50% para retrasos de más de 60 minutos y del 100% para aquellos superiores a 90 minutos.
El ministro de Transportes, Óscar Puente, sube a uno de los nuevos trenes de alta velocidad que unen Madrid con el norte de España.
Sobre el tema ha dado más explicaciones este martes el propio Óscar Puente. El ministro de Transportes ha tirado balones fuera para justificar esta decisión y culpa de la misma a la entrada en el mercado de dos nuevos competidores como Ouigo e Iryo. Desde Renfe, en el comunicado de su web, apuntan que los cambios se realizan para "adaptarse a la liberalización del mercado ferroviario en España" y para que la compañía se sitúe en las mismas condiciones que el resto de los operadores de alta velocidad.
"En un escenario de tres competidores, ese compromiso de puntualidad no es tan fácil de cumplir como en el año 92. Sobre todo, teniendo en cuenta que nuestros competidores no tienen ese compromiso, sino el mínimo que la ley exige", ha explicado Puente, que justifica la decisión también argumentando que el modelo de negocio de Renfe debe adptarse a los nuevos tiempos. Y es que, tal y como ha apuntado el propio ministro, cumplir con con el compromiso de puntualidad anterior durante el año pasado se sitúa en los 42 millones de euros.
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Por eso Óscar Puente se quiere curar en salud y reducir ese gran coste a cambio de un deterioro de las condiciones para el viajero, al que no le devolveran el dinero de forma íntegra si el retraso no supera la hora y media. A todo ello, el ministro ha querido sumar a la ecuación lo que ha llamado "transformación del entorno ferroviaro español" y que incluye las obras en grandes estaciones como Atocha, Chamartín, La Sagrera o Sants. A estas atribuye la culpa de los retrasos y no a la falta de inversión en el mantenimiento del servicio.
Varias personas en la estación de Chamartín, a 19 de junio de 2024.
Aunque hay que reconocer y es una realidad que el entorno y la oferta ferroviara ha cambiado desde 1992 -por entonces solo existía una única línea de alta velocidad, con seis trenes al día, lo que facilitaba cumplir con el compromiso de puntualidad- de nuevo la falta de autocrítica es la predominante en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Y es que Óscar Puente vuelve a echar la culpa a todo el mundo menos admitir los fallos y errores de, en este caso, una empresa estatal gestionada por su cartera.