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La investidura de Salvador Illa

El caos catalán del PSOE y el extraño pacto de Feijóo y Sánchez

En el PP, a quien las encuestas sonríen en estos momentos, dan por hecho que no habrá elecciones este otoño, de ahí que hayan decidido cerrar el 'capítulo' del CGPJ.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer secretario del PSC, Salvador IllaEuropa Press

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Tras el pacto y consiguiente reparto de puestos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre PP y PSOE y después de que el Parlament de Cataluña haya puesto en marcha el contador que dará por finiquitado el plazo para buscar un acuerdo de gobierno a finales de agosto, se aprecian algunos cálculos realizados por unos y otros y una certeza absoluta: el “cabreo” de los funcionarios y de no pocos diputados del parlamento catalán, obligados a trabajar en el mes de agosto, pendientes de posibles negociaciones y/o acuerdos de última hora.

En Cataluña, por ejemplo, cualquier posibilidad de gobierno pivota sobre el partido que más herido salió de las elecciones catalanas, el pasado 12 de mayo, ERC. Los independentistas, sabedores de que una repetición electoral, puede dejarlos en una situación peor si cabe, siguen diciendo que “no pueden permitirse” el pacto con el líder del PSC, Salvador Illa. Y sus líderes, lejos de buscar una tabla de salvación tras el tsunami, están buscando liquidar al compañero y, sin embargo, rival, Oriol Junqueras

En eso andan, por ejemplo, Marta Rovira y el todavía president, Pere Aragonès. Solo los socialistas de Illa y los comunes parecen actuar como si creyeran que hay posibilidades de alcanzar el acuerdo de gobierno. Por eso, desde las filas de los comunes, ya han empezado a centrar sus exigencias, para formar parte de ese hipotético gobierno de coalición y han puesto en circulación el nombre de la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para ocupar la cartera de Vivienda. Illa, mientras tanto, guarda silencio, pero sigue mandando emisarios a Junqueras, por ver si hay luz al final del túnel. 

Salvador Illa guarda silencio, pero sigue mandando emisarios a Junqueras, por ver si hay luz al final del túnel. 

Cataluña y el impacto en la política nacional

El resto de partidos, que poco más tienen que decir, salvo Junts, firme partidario de la repetición electoral y con el presidente del Parlament, Josep Rull, jugando a favor de la causa, están “en campaña”, sabedores de que “lo lógico”, como señalan desde todos los partidos en liza, sería que hubiese gobierno con un acuerdo de PSC, ERC y los Comunes que lo sustentara, pero convencidos de que Cataluña y su situación política ha perdido toda lógica desde hace ya algún tiempo. Y ese caos afecta e impacta directamente sobre la política nacional, con un Gobierno de la nación que basa su continuidad en el sostén que le prestan los partidos nacionalistas e independentistas, entre otros.

Sin embargo, en el plano nacional, los populares, supuestos beneficiarios de una repetición electoral en Cataluña, que obligase a Sánchez a convocar elecciones generales a su vez, por falta de apoyos, acaban de dejar clara su convicción de que Sánchez seguirá al frente del Ejecutivo, contra viento y marea. 

El acuerdo entre PP y PSOE para renovar el CGPJ

En el PP, a quien las encuestas sonríen en estos momentos, dan por hecho que no habrá adelanto electoral este otoño. Por eso han decidido cerrar un capítulo tan espinoso como la renovación del CGPJ. Cinco años después de concluido su mandato, el CGPJ se renueva, con un reparto político entre PP y PSOE, basado en el “yo pongo a estos y tú pones a los tuyos” que poco o nada tiene que ver con lo que reivindicado hasta la fecha por el PP

Cierto es que, sobre el papel del acuerdo queda escrito el compromiso de ambos partidos de modificar el sistema de elección de los jueces en una nueva ley que debería inspirarse en los criterios que recomienda la UE y que exigen preservar la independencia judicial. Pero no es menos cierto que el PP, tanto de Pablo Casado como de Alberto Núñez-Feijóo, lleva los cinco años que Sánchez ha estado al frente del Gobierno, señalándole y tachándole de “mentiroso”, entren otras cosas, y reprochándole sus continuos “cambios de opinión” en el ejercicio del poder. ¿Por qué piensan que, en esta ocasión, no lo habrá y el acuerdo firmado no será papel mojado? Hay quienes en el PP responden que “porque la UE les va a obligar”. Esa es la misma UE en la que Sánchez se ha convertido en negociador de pactos y acuerdos por parte de los socialdemócratas y que, por el momento, no ha intervenido en la modificación del delito de malversación, que ha beneficiado ya a algunos de los condenados por el caso de los ERES, en Andalucía, o que tampoco ha impedido que se haya aplicado la Ley de Amnistía al ex miembro del Gobierno catalán que decidió ponerle escolta a Carles Puigdemont, en su fuga a Waterloo. 

Parece que, sí o sí, Sánchez logra sus metas. También la de renovar el CGPJ. Quizás, por todo lo que parece, buena parte de los diputados del PP en el Congreso intentaban justificar la decisión de Feijóo y el acuerdo alcanzado ahora con el PSOE, con un escueto “el jefe sabrá…” Queda claro que, visto lo visto, ellos no lo saben, pero lo acatan.