María Jesús Montero defiende el “gran currículum” de Begoña Gómez y sale trasquilada

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha sido la encargada de salir en defensa de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, tras las peticiones de dimisión a su marido por la causa en la que se encuentra investigada. Y lo ha hecho además para poner en valor “el gran currículum” de la esposa del presidente, aunque viendo las respuestas parece que no ha convencido mucho y que se le he vuelto en contra como un boomerang.

“La derecha no le perdona a Begoña Gómez ser una mujer libre y con una carrera profesional brillante. Le atacan a ella con mentiras para debilitar al presidente, pero no conseguirán su objetivo”, indicaba María Jesús Montero olvidando que entre sus funciones de vicepresidenta no está la de hacer de portavoz de la familia de Pedro Sánchez. 

María Jesús Montero respondía con ello a unas declaraciones de Alberto Núñez Feijóo en las que señalaba que "si mi mujer estuviera sentada en el banquillo por corrupción, habría presentado mi dimisión" y donde además matizaba que el PP no tiene previsto llamar a Begoña Gómez a la comisión de investigación del ‘caso Koldo’ en el Senado pues “es Pedro Sánchez quien debe dar explicaciones”.

La ministra de Hacienda era la encargada de contestar al líder del PP en esta estrategia sanchista donde Begoña Gómez es tratada como un miembro más del Gobierno del que sus ministros responden y defienden. Pero a María Jesús Montero le desmontaban el argumento fácilmente y le recordaban que la esposa de Sánchez “está investigada por corrupción” y que “que se sea una mujer brillante nos da igual, lo que nos preocupa es que aproveche su posición de mujer del presidente para hacer negocios por los que está investigada”.

Otras personas ironizaban sobre “el currículum brillante” de Begoña Gómez al que aludía María Jesús Montero, “especialmente brillante a partir de que su marido accediera a la presidencia del Gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que carece de formación universitaria” o que “¿ser brillante es ser la única de todas las universidades españolas en dirigir una cátedra sin tener titulación universitaria por ser la mujer del presidente del Gobierno? Vaya feminismo de pandereta”.