Los siete varapalos a la amnistía de Puigdemont que dejan temblando a Sánchez y Bolaños

El Tribunal Supremo ha dado un fuerte golpe a la amnistía a Carles Puigdemont y otros implicados en el procés al negar que se pueda perdonar el delito de malversación y no levantar la orden de detención al prófugo, hecho que puede retrasar o incluso impedir su regreso a España. Más allá de esta conclusión, el auto del juez Pablo Llanera en sus 46 páginas da toda una serie de revolcones a la estrategia de Pedro Sánchez y Félix Bolaños para dejar limpios los delitos del catalán a cambio de mantenerles en Moncloa.

En primer lugar, el auto de Llanera invoca las críticas de la Comisión de Venecia a la ley de amnistía, la misma Comisión de Venecia que según el ministro Félix Bolaños avalaba la norma y daba argumentos al Gobierno. El Supremo coge las dudas que expresó y se lo recuerda al Ejecutivo.

Asimismo, el auto de Llanera más allá de no considerar la malversación como amnistiable dentro de la norma, advierte de la probable inconstitucionalidad de la ley de amnistía y respalda el criterio de los fiscales del procés frente a la imposición del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, que forzó en la Junta de Fiscales una ajustada votación -19 a 17- para considerar la malversación como delito a amnistiar. 

El auto de Llanera subraya que tanto Carles Puigdemont como Oriol Junqueras malversaron fondos públicos en beneficio propio y, por tanto, no pueden ser amnistiados. El Gobierno se escuda el perdonar la malversación en que nunca hubo enriquecimiento de los acusados ni se vieron afectados fondos europeos, pero el Supremo pone en duda este aspecto y asesta otro golpe a la pretensión de amnistiar a Puigdemont.

El auto del Tribunal Supremo pone además en valor las Directivas Europeas contra la malversación para reforzar el argumento de que no se puede amnistiar a Puigdemont y otros líderes del procés frente a las intenciones de Pedro Sánchez si la Generalitat recibió fondos de la UE mientras se incurría en gastos como el referéndum ilegal.  

Si amnistiar es perdonar con la vista en pasar página y mirar al futuro como vende el discurso sanchista, una de sus líneas del auto de Llanera indica que “las intenciones independentistas parecen seguir latentes y pendientes de reanudación”. Es decir, que no hay arrepentimiento o al menos que hayan claudicado en sus intenciones de volver a delinquir e intentar una independencia ilegal.

Y por supuesto, el doble varapalo más allá de no amnistiar la malversación: mantener a Oriol Junqueras inhabilitado hasta 2031 -que puede provocar que ERC e revuelva contra Sánchez- y sobre todo dejar efectiva la orden de detención para Carles Puigdemont, que le impide volver ya a una hipotética investidura en Cataluña o directamente pisar suelo español.