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¿Mayoría progresista?

“Es una hostia para el Gobierno”: los ministros de Sánchez admiten que está herido por Puigdemont

El ministro Ernest Urtasun relata el ambiente de pesadumbre en el Ejecutivo ante la falta de apoyo parlamentario y perder 32 votaciones y como María Jesús Montero fracasa negociando con Junts

Ernest Urtasun pillado confesando la debilidad del Gobierno

Ernest Urtasun pillado confesando la debilidad del Gobierno

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“Es una hostia para el Gobierno”, una frase, seis palabras, que resumen perfectamente el ambiente de desasosiego que vive el Gobierno de Pedro Sánchez tras perder dos votaciones clave, la de la Ley de Extranjería y la del techo de gasto, por falta de apoyo de Junts. La sentencia, pillada al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en una conversación a las puertas de Congreso, demuestra que dentro del propio Ejecutivo ven con preocupación la falta de apoyos sólidos para poder sacar la legislatura adelante.

Ernest Urtasun -cuota de Sumar- sólo ha verbalizado lo que en su partido y sobre todo en el PSOE vienen observando con preocupación en los últimos meses tras encadenar 32 votaciones perdidas en el Congreso por los vaivenes de Junts. Los siete votos de Carles Puigdemont son clave para sacar adelante leyes y decretos, y el prófugo catalán lo sabe haciendo pasar al PSOE por negociaciones in extremis en las que apretarles cada vez más y no teniendo problema en hacerles caer, demostrando quién tiene la sartén por el mango.

La pillada de Ernest Urtasun no deja en buen lugar a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, pieza clave en el sanchismo, que aseguraba tener “atado” el voto de Junts para aprobar el techo de gasto, cosa que no fue así y de la que el Gobierno se enteró a posteriori por Félix Bolaños. Un palo para la andaluza que queda como que Junts le toma el pelo o no ha sabido negociar.

“Nos hemos quedado de piedra”, admite Ernest Urtsun a su confidente, y que Félix Bolaños se había enterado del ‘no’ de Junts en la reunión con Miriam Nogueras, mientras que en el Consejo de Ministros María Jesús Montero aseguraba que estaba todo “atado”. Una muestra de cómo Puigdemont juega con el Gobierno en cada votación, teniéndolos a la expectativa de lo que desee, y de la fragilidad de esa supuesta “mayoría progresista” en el Congreso de la que presume Pedro Sánchez y que realmente no existe como demuestran las 32 votaciones perdidas.

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