Los malabares de Sánchez con Maduro para seguir en Moncloa: del silencio a "extremar precauciones"

El Gobierno de España todavía no ha fijado una postura oficial sobre Venezuela tras quince días de un atronador silencio. Otros mandatarios a nivel mundial, incluso de izquierdas, ya han censurado unas elecciones amañadas por el régimen de Nicolás Maduro: las actas que posee -y ha presentado- la oposición certifican la victoria de Edmundo González y advierten del fraude del sucesor de Hugo Chávez.

En este sentido, cabe recordar que Pedro Sánchez tan solo se refirió brevemente a las elecciones en Venezuela del pasado 28 de julio durante el balance del año estival, limitándose a pedir transparencia sin posicionarse a favor o en contra del régimen. Por su parte, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, comparecerá este miércoles en el Senado para abordar este asunto y -se entiende- fijar una postura oficial del Gobierno con Nicolás Maduro.

En cualquier caso, el silencio ya es ensordecedor. Tanto es así que desde el Partido Popular ya han denunciado la "incomprensible tibieza del Gobierno de [Pedro] Sánchez con la dictadura de Maduro y el silencio atronador del Ejecutivo". Así, para el PP, la falta de decisión del Gobierno "deja a nuestro país al margen de todas las iniciativas de denuncia" promovidas por la comunidad internacional ante la emergencia democrática en Venezuela, afirman los populares en un comunicado.

Los equilibrios de Sánchez con sus socios y la comunidad internacional

Más allá del criticable silencio, las razones lo son todavía más. Y es que Pedro Sánchez está atado de pies y manos a unos socios, de los que depende su estancia en La Moncloa, que abiertamente apoyan el fraude electoral de Nicolás Maduro en Venezuela y su auto-proclamación como presidente. No quiere el presidente del Gobierno generar fricciones con ellos.

Concretamente, diputados de Sumar, Podemos y EH Bildu han firmado el texto promovido por los observadores españoles invitados por el régimen de Nicolás Maduro en las recientes elecciones de Venezuela, en el que se reafirma la "legitimidad" del proceso electoral y el resultado publicado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que declara a Maduro como ganador de las elecciones del pasado 28 de julio. De esta manera, Sumar y otros socios del Gobierno se desmarcan del PSOE y ratifican la victoria del dictador frente a las "injerencias externas". En efecto, para no profundizar en tales discrepancias, Sánchez ha optado por dar la callada como respuesta.

Sin embargo, Pedro Sánchez y su Ejecutivo tampoco quieren desmarcarse totalmente de la crítica y denuncia que la mayoría de la comunidad internacional occidental está enarbolando en contra el régimen de Maduro. En otras palabras, tratan de soplar y sorber al mismo tiempo. 

Así, en un increíble juego de malabares marcado por la hipocresía, desde el Gobierno han optado por actualizar sus recomendaciones para viajar a Venezuela pidiendo que se extremen las precauciones y se limiten los viajes al país "sólo en caso de necesidad". Reconocen, así, la violencia que el régimen de Nicolás Maduro está motivando en las calles de Venezuela.

La actualización de las recomendaciones ha tenido lugar tras las revueltas sucedidas en Venezuela después de las elecciones del 28 de julio. Desde el Ministerio dirigido por José Manuel Albares han informado que "se están sucediendo manifestaciones y disturbios en Caracas y en todo el país, y hay desplegada una fuerte presencia policial", además de cortes en carreteras y autopistas.

Para mantener la seguridad de los viajeros y "dado que los acontecimientos evolucionan rápidamente", Exteriores ha pedido a sus ciudadanos a que se mantengan informados por los canales oficiales.