La ‘llorona’ Marta Rovira ya no tiene quien le llore: humillada por “traidora” en su localidad natal

Volver de Suiza tras siete años sin pisar Cataluña por estar fugada por los delitos del procés para acabar siendo humillada por los tuyos, por esos que te habían convertido en un símbolo de la “resistencia contra el Estado español”. Es lo que le ha pasado a la secretaria general en funciones de ERC, Marta Rovira -famosa por sus lloros por el procés-, que ha tenido que pasar el mal trago de ver como una grúa retira su fotografía de la plaza Mayor de Vic, su localidad natal, entre acusaciones de ser “una traidora” para el independentismo.

El motivo de esta deshonra que ha recibido Marta Rovira es el pacto de ERC con el PSOE para investir a Salvador Illa y del que la líder en funciones de los republicanos ha sido una de los principales artífices. Pese a que ERC vende los beneficios de este acuerdo, como haberle sacado a los socialistas el polémico concierto fiscal para Cataluña, algo que hasta ahora nadie había conseguido, el sector radical del independentismo ve como una “traición” en toda regla investir un presidente “españolista” en la Generalitat.

Cuando Marta Rovira emprendió su huida hace más de seis años, en la icónica plaza Mayor de Vic, su ciudad natal, se colgó una fotografía en su honor. La imagen simbolizaba el anhelo para que pudiera volver a casa lo antes posible dentro de lo que los independentistas llaman “exiliados”. Esta es una realidad que se materializó el pasado 12 de julio cuando Rovira regresó a la capital comarcal de Osona después de que el Tribunal Supremo archivara su causa en virtud de la ley de amnistía.

Un mes más tarde de la vuelta, una grúa ha retirado la imagen de Marta Rovira de la plaza Mayor de Vic, se supone que “por el comienzo de una nueva etapa, ahora en libertad”. Pero los independentistas que no están de acuerdo con el pacto con Salvador Illa dan otra lectura: “Marta Rovira ya es oficialmente una traidora al procesisme. Su cartel ha sido retirado de la plaza mayor de Vic por botiflera”. “El cartel debería haberse puesto boca abajo” -símbolo de los traidores a Cataluña-, indican otros independentistas descontentos con ERC. En definitiva, la llorona ya no tiene quien le llore.