Sánchez diseña en La Mareta su plan: tres claves en su estrategia tras el verano

Estas vacaciones de Pedro Sánchez, ahora en La Mareta, tienen forzosamente que estar siendo especiales para él y para su imputada esposa, Begoña Gómez. A pesar del lujo -y el secretismo- que le rodea, el matrimonio presidencial no puede estar demasiado relajado. Tienen ambos demasiados frentes abiertos como para estarlo. De hecho, a la vuelta del verano a Begoña le espera un juez en Plaza de Castilla que no va a arrojar la toalla. Y a Sánchez le espera el ‘caso Koldo’ (que ha estado aletargado, pero no enterrado) y le espera ERC dispuesta, como el cobrador del frac, a hacer efectivo el cheque que firmó el líder socialista para conseguir la investidura de Illa: el concierto económico con Cataluña, un asunto que hace tambalear los cimientos de España y del propio PSOE. 

Entre otras razones y además de su amistoso personal, este último asunto es el que ha llevado a Salvador Illa a La Mareta como invitado de Pedro Sánchez. Con urgencia además. Tanta que le ha impedido incluso estar en Barcelona en el aniversario de los atentados yihadistas en las Ramblas. El nuevo presidente de la Generalitat ausente en su primer aniversario de esa señalada fecha. Llamativo. 

Sánchez, Illa y Zapatero, los tres juntos en Lanzarote

El caso es que Sánchez e Illa están juntos en La Mareta y a buen seguro que se les ha sumado Rodríguez Zapatero, también presente en la isla donde posee un lujoso chalet que siempre frecuenta en vacaciones. ZP se ha quedado mudo desde el pucherazo en Venezuela. Esa falta de escrúpulos, rasgo compartido con Sánchez, le convierte en el asesor ideal, en algo así como un inspirador. 

Allí, en La Mareta, estarán diseñando en bañador y camiseta el modo de convencernos al resto de los españoles no catalanes de lo bien que nos va a venir que Sánchez e Illa hayan roto la solidaridad entre comunidades autónomas de manera inconstitucional e injusta. Mucha propaganda les va a hacer falta, aunque para eso cuentan con su enorme fuego de artillería mediática además de la mansedumbre de los barones regionales que, como siempre, acabarán tragando. Es cierto que esto a algunos se les va a hacer bola porque sus conciudadanos les van a pasar factura ante el agravio manifiesto, pero acabarán tragando. No hay mucha duda al respecto. 

En cuanto al ‘caso Begoña’, ese que no deja descansar a la ‘presidenta’ y a su marido, ya hemos visto por donde va a ir la estrategia del Gobierno ante la opinión pública y ante el juez. A Peinado van a intentar sacarlo de la causa con querellas en las que le acusan de prevaricación. Tarea difícil, por no decir imposible, pero que sirve para fomentar ante los ciudadanos la idea de que Sánchez y su esposa son perseguidos de manera injusta e implacable por un juez facha conchavado con el PP y los pseudomedios de la ‘fachosfera’.

Además, la estrategia se complementa con el "y tú más". No hay mejor defensa que un buen ataque, así que Sánchez quiere hacernos creer, no solo que es víctima del complot facha, sino que esos que le acusan tienen muchos trapos sucios que el heroico PSOE va a destapar: supuestas ayudas de la Xunta a la hermana de Feijóo y de Ayuso a la empresa con la que colabora su pareja, el grupo Quirón. Una novela política de ficción que los medios afines y una ofensiva parlamentaria tratarán de convertir en un debate real. 

El hermano y la japonesa, el otro frente que amenaza a Sánchez

Sin olvidarnos del músico y hermano David Sánchez Castejón y su esposa japonesa, que se va complicando como un culebrón sudamericano según pasan los días. 

El caso está judicializado. Lo lleva una jueza de Badajoz que parece que se lo ha tomado muy en serio. Todo apunta a un caso de nepotismo con el hermano al que se suma ahora la aparición de una esposa o compañera o novia japonesa del músico que también podría haber recibido un trato de favor del Ministerio de Asuntos Exteriores. Veremos en qué acaba este asunto que no pinta tampoco nada bien para Sánchez.

Así que todo esto tiene que estar siendo forzosamente tema de conversación y preocupación de Pedro Sánchez en La Mareta estos días de vacaciones pagadas por lo público, pero secretas. Los enemigos de España, al menos los más peligrosos. Puigdemont, Junqueras y Otegi son enemigos conocidos, no hay sorpresa, pero Sánchez, Illa y Zapatero son los peores porque destruyen España desde el poder: los que tenían que defenderla se dedican a machacarla por su interés político personal.