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Reverte y Cayetana destapan la gran farsa de los pinganillos de Armengol y el Congreso

Los traductores y pinganillos nos cuestan a los sufridos pagadores de impuestos casi un millón de euros en menos de un año para que unos diputados finjan que no conocen el idioma de todos

La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina ArmengolIsaac Buj

Publicado por
Félix Hernández

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El dinero de nuestros impuestos va para la educación, la sanidad, los servicios públicos… y también para pagar absurdos caprichos de nuestros políticos independentistas que, con un Sánchez sometido y necesitado, son capaces de conseguir todo lo que quieren, por ridículo y absurdo que sea. Por ejemplo, los pinganillos en el Congreso de los Diputados.

Según desvela ABC, en menos de un año el servicio de traducción del Congreso nos ha costado a los españoles casi un millón de euros, concrétamente 800.000 euros. Gracias a esos pinganillos, la conversación en español que mantienen con toda naturalidad Gabriel Rufián y Patxi López en la cafetería del Congreso puede continuar en catalán minutos después en la tribuna del Congreso. 

Como dice la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo, ese casi millón de euros es "lo que los españoles pagan para que sus representantes finjan que no comparten lengua ni nación". En eso consiste el despropósito en el que se han instalado los independentistas, con el aplauso necesitado de los socialistas, en fingir que desconocen el idioma común de todos los españoles. Una farsa que dilapida nuestros impuestos para sanidad y educación. 

No publicar, el remedio

La cerrazón de los independentistas con el idioma llega al extremo de Miriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso, que se niega a hablar una sola palabra en español, ruedas de prensa incluidas. A hay que recurrir al académico Arturo Pérez Reverte: "Critican que ciertos ultras de Junts se nieguen a hablar español cuando responden a periodistas no catalanes. Y no veo el problema. Bastaría con que los medios no tradujeran lo que dicen, o no lo emitiesen. Tengo la certeza de que hablarían todos en un castellano impecable", afirma el escritor. 

Mientras tanto, casi un millón de euros en menos de un año para mantener viva la farsa de que en España no compartimos todos una lengua común y una nación.