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EL GOBIERNO, MÁS INESTABLE QUE NUNCA

Puigdemont cumple su amenaza contra Sánchez, rompe la "mayoría progresista" y pasa a la oposición

Junts ha lanzado este martes una clara advertencia a Pedro Sánchez que ha retumbado en La Moncloa. Los de Puigdemont han votado en la Diputación Permanente -el órgano que sustituye al Pleno cuando no hay periodo de sesiones- en cuatro ocasiones con el PP y en otras seis se ha desmarcado del Gobierno con una abstención. En todas las votaciones ha ido en contra de los intereses de Sánchez.

Pedro Sánchez junto a Carles PuigdemontImagen de archivo

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"Es necesario que Sánchez responda a diversas preguntas si pretende contar con el apoyo que le ha permitido dirigir el Gobierno pese a su derrota en las urnas", con esta amenaza pronunciada por Carles Puigdemont hace dos meses, a las puertas del acuerdo final entre el PSOE y ERC que permitió a Salvador Illa convertirse en el nuevo president de la Generalitat, se anticipaba un cambio de relaciones entre Junts y un Ejecutivo atado de pies y manos a los independentistas. Y así fue. Amenaza cumplida.

Este martes, los de Puigdemont se han desmarcado del Gobierno en todas las votaciones que discurrieron en la Diputación Permanente, el órgano que sustituye al Pleno cuando no hay periodo de sesiones. En otras palabras, en clara advertencia a Pedro Sánchez -se verá si, con el tiempo, se consolida como una total ruptura de relaciones-, Junts ha evidenciado un cambio de posición con respecto al Gobierno, cuyo apoyo en el Congreso es indispensable para sacar adelante la legislatura, tras la investidura del socialista Salvador Illa con el apoyo de ERC.

La inexistente "mayoría progresista" 

Los Puigdemont, concretamente, se han alienado con el PP en cuatro votaciones y se ha distanciado del Gobierno en otras seis mediante la abstención. Todo en una misma tarde, en la de este martes. Casi nada.

Además, en cuestiones muy relevantes para Pedro Sánchez. Así, PP, Vox y Junts han respaldado la solicitud de comparecencia presentada por los populares, para que Sánchez explique "la emergencia migratoria que enfrenta España" y las medidas a tomar al respecto.

No solo eso. Aunque el PP no ha conseguido que la mayoría de la Diputación Permanente del Congreso aprobara su solicitud de comparecencia de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para explicar esta misma semana la financiación singular para Cataluña, también ha sumado el apoyo de Vox y Junts a esta petición. 

Por otra parte, la petición del PP para que el ministro de Transportes, Óscar Puente, compareciese de manera urgente para hablar del "caos ferroviario" de este verano ha sido rechazada también pero ha contado, una vez más, con el apoyo de Junts y de Vox. 

La conclusión es clara. Si nunca ha existido tal "mayoría progresista" (a no ser que entendamos que el PNV y Junts son dos partidos que ahora se han convertido a la izquierda) que sostiene al Ejecutivo, a la vista está que Sánchez no ha logrado sacar adelante leyes clave -como la de Presupuestos o la reforma de la Ley de Extranjería-, ahora se ha desintegrado por completo

Las consecuencias de una ruptura de Junts con Sánchez

La fortaleza que este martes los de Puigdemont han denotado en el Congreso no es cosa menor. Ha constituido, pues, una clara amenaza de ruptura total de relaciones con el Gobierno que ha retumbado en La Moncloa: ya no es que Pedro Sánchez, sin el apoyo de Junts, no pueda sacar adelante Leyes en el Congreso, es que tampoco podría aprobar -una vez más- los Presupuestos Generales del próximo año.

Y aunque legalmente podría volver a prorrogar los Presupuestos, como ya ha hecho este año, las cuentas no salen por ninguna parte. Y la legislatura estaría políticamente muerta. Máxime con un concierto económico para Cataluña que el PSOE pactó con ERC encima de la mesa. 

Tal y como venimos avanzando en ESdiario, la única forma de sostener las cuentas sin Presupuestos Generales, con el regreso de las normas fiscales de la Unión Europea (del pacto de Estabilidad) y con el concierto catalán encima de la mesa, si es que el PSOE consigue aprobarlo en el Congreso, es aumentar la presión fiscal. Es decir, los impuestos. Más todavía. Y, desde luego, no sentará nada bien a los ya muy esquilmados autónomos y pequeños empresarios y, en fin, a los españoles en su conjunto.