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"Lo que diga el jefe", el nuevo mantra del PSOE

Se puede decir sin miedo a equivocarse que a Pedro Sánchez no hay quien le tosa hoy por hoy en la formación que lidera. Para el jefe de los socialistas todo tiene un precio y esa es la carta que piensa jugar hasta el final de la partida.

Pedro Sánchez recibe los aplausos de su bancada durante la segunda sesión del debate de su investidura.

Pedro Sánchez recibe los aplausos de su bancada durante la segunda sesión del debate de su investidura.Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

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A aquellos que insisten en que Pedro Sánchez ha convocado el próximo Congreso del PSOE para reforzarse frente a los críticos y las críticas desde su partido, conviene recordar que el PSOE no ha tenido más "hiperliderazgo" en su historia centenaria que el que ostenta a día de hoy Pedro Sánchez dentro de la organización. El que tuviera que abandonar la secretaría general a toda prisa, tras quedarse en minoría ante el Comité Federal socialista y planificó y triunfó en su reconquista, con su mochila al hombro y su utilitario, volvió entonces pisando fuerte y con la firme idea de cambiar normas y Estatutos hasta retorcerlos si fuera menester. 

Pero lo que tuvo claro Pedro Sánchez entonces y sigue teniéndolo ahora mismo es que nunca nadie lo volverá a sacar a empellones de su partido. Si acaso lo harán las urnas algún día, si es que llegan a desalojarlo. Y, en ese momento, ya pensará algo. Como decía en Lo que el viento se llevó Scarlett O´Hara: "Después de todo, mañana será otro día".

A Pedro Sánchez no hay quien le tosa hoy por hoy en el PSOE. Y bien que él lo sabe. Sabe que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, puede votar dentro del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) en contra del futuro sistema de financiación autonómica (suponiendo que se llegue a votar algún día y todo este debate sobre la financiación singular no acabe en agua de borrajas) o puede presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional

Sin embargo no va a ir a ese cuerpo a cuerpo con órdenes de boicot en votaciones parlamentarias que, probablemente, solo pondrían en evidencia una supuesta debilidad de Page. Y el presidente castellano-manchego no es precisamente fuente de inspiración ni autoridad para el conjunto de sus representantes castellano manchegos en el Congreso de los Diputados. Dicho román paladino: los diputados del PSOE-CLM son 'sanchistas'. Y punto.

Pedro Sánchez junto a Emiliano García-Page en un acto de campaña del PSOE de Castilla-La Mancha.

Pedro Sánchez junto a Emiliano García-Page en un acto de campaña del PSOE de Castilla-La Mancha.Eusebio García del Castillo / Europa Press

Sánchez y la búsqueda de la proyección de su imagen

La cuestión es que Sánchez no necesita refuerzos ni "limpiezas étnicas" en su partido, perfectamente depurado. Sánchez necesita una mayor proyección de su imagen, su proyecto y su lucha contra la pérfida “derechona”. Un entretenimiento, un circo con varias pistas para atraer cámaras y flashes mientras en otros lares se negocian apoyos, estrategias y desplantes futuros. Y eso es lo que va a tener con la celebración del próximo Congreso Federal del PSOE: un gran escenario, un público entregado y un foco permanente durante los días del Congreso y, probablemente, los meses previos por aquello de los nombramientos: premios y castigos. Mientras, el líder-hiperlíder- del PSOE hará y deshará otras políticas y perfilará nuevas estrategias.

Pedro Sánchez durante un acto del PSOE.

Pedro Sánchez durante un acto del PSOE.Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

Con respecto a la financiación singular, a nadie en el PSOE se le oculta que es un campo minado, en el que, de entrada, hay que entrar con la chequera por delante para tratar de contentar -insinúa la madrileña Isabel Díaz Ayuso que «comprar y dividir»- a los presidentes autonómicos que en buena medida intentan sacar una buena tajada que les permita rebajar su deuda y ofrecer satisfacción a su electorado.

Todo tiene un precio. Y esa es la carta que, en definitiva, pretende jugar Pedro Sánchez. Pero dicen los suyos que, si esta le falla, en la manga tiene algún que otro as oculto. No solo lo dicen sino que, en su Corte, lo creen firmemente. Repiten desde su entorno cuando llegan al límite de contradicciones e imposibilidad de responder a las muchos interrogantes que tienen por delante que "Yo no lo sé, pero seguro que el jefe sabe lo que hace y porqué".

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