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Zapatero, la sombra tras el acuerdo entre Maduro y Sánchez para traer a Edmundo Gonzalez a España: un exilio que fortalece al régimen

El ministro Albares da la bienvenida al opositor, pero elude dos hechos: es el ganador de las elecciones, el presidente electo, y se ve obligado a huir de Venezuela porque iba a ser detenido y encarcelado.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez ZapateroEuropa Press

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La sombra de José Luis Rodríguez Zapatero es muy alargada en todo lo que tiene que ver con Venezuela. Y se proyecta también en el exilio de Edmundo González, el ganador legítimo de las últimas elecciones en el país caribeño que han sido objeto de un pucherazo monumental por parte del régimen dictatorial de Nicolás Maduro. 

El Gobierno de España se ha encargado de hacernos ver que ese exilio es un acto voluntario del propio líder opositor: "Edmundo González, a solicitud suya, vuela hacia España en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas. El Gobierno de España está comprometido con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos", ha manifestado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la red social X.com. Además, en una escala en Omán del vuelo que le lleva a China junto al presidente del Gobierno, Albares ha añadido que González "ha pedido también acogerse al derecho de asilo que, por supuesto, el Gobierno de España va a tramitar y conceder".

El mensaje obvia por completo dos hechos: Edmundo González huye de Maduro que, a través de la fiscalía, habida dado la orden de detenerle, y además es el ganador de las elecciones que jamás debería haberse visto obligado a pedir asilo en otro país. 

Por si fuera poco, la equidistancia del ministro, afirmando que el Gobierno de España está comprometido con los derechos políticos "de todos los venezolanos", denota que quiere quedar bien con todos. Huele a la legua a un pacto en la sombra, en ese territorio en el que ineludiblemente tiene que aparecer el expresidente Rodríguez Zapatero, amigo personal de Maduro y defensor de la dictadura desde hace años. 

Para Zapatero y para Sánchez el acuerdo es miel sobre hojuelas. Al expresidente le permite intentar lavar su imagen, justificando que su trabajo con el régimen venezolano va encaminado a ‘salvar’ de la cárcel a líderes de la oposición amenazados por Maduro. Ya ha esgrimido ese argumento en otras ocasiones. Por ejemplo con la llegada a España de Leopoldo López, el líder opositor encarcelado por el régimen. Sánchez puede presumir de estar al lado de la oposición: ya lo ha hecho Albares y también la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría.

Además, Zapatero y Sánchez le quitan un problema de encima a Maduro. Acosado por la comunidad internacional y con la lupa puesta encima de sus movimientos, no le convenía nada cumplir la amenaza de encarcelar a Edmundo González. Además, de esta manera, el dictador puede vender a la opinión pública de su país que el opositor huye de la justicia venezolana porque en realidad ha sido él quien ha intentado dar un pucherazo electoral y derrocar al presidente, ganador oficial de las elecciones.

El problema es que esta maniobra orquestada por el Gobierno español y el de Venezuela con el concurso de Zapatero para lo único que sirve es para consagrar la situación de facto en ese país y perpetuar a Maduro en el poder. Poco a poco nos iremos olvidando de que Edmundo González ganó las elecciones y de que el dictador permanece allí usurpando la presidencia del Gobierno. Tenemos el precedente de Juan Guaidó, no hay que imaginar nada. Un problema menos para Sánchez y un éxito más para Rodríguez Zapatero en su hoja de servicios al régimen venezolano.

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