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Crisis diplomática

La Moncloa en un laberinto con Venezuela: los 4 errores de cálculo de Pedro Sánchez con Nicolás Maduro

La ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha desmarcado del Gobierno de Pedro Sánchez tildando a Nicolás Maduro de "dictador" y ocasionando que el régimen chavista convoque al embajador español en Caracas y llame a consultas a su representante diplomática en Madrid. Así, la ministra ha dejado en evidencia el fracaso de la estrategia diseñada por La Moncloa.

Pedro Sánchez junto a Nicolás Maduro

Pedro Sánchez junto a Nicolás MaduroFotomontaje ESdiario

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La estrategia diplomática emprendida por el Gobierno de España con Venezuela no solo ha quedado en evidencia sino que se ha demostrado totalmente fracasada. Y, paradójicamente, quien la ha desmoronado ha sido la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, calificando -sin tapujos- a Nicolás Maduro de "dictador" tras no haber presentado en un mes, desde las pasadas elecciones en el país, las actas que certifiquen su autoproclamada victoria. 

Muy al contrario, y ante notables evidencias de manipulación electoral, el régimen chavista emprendió una persecución contra una oposición que sí presentó una ingente cantidad de actas que legitiman la contundente victoria de Edmundo González -opositor a Maduro-, quien recientemente tuvo que huir a España, tras haber pedido asilo político, por las amenazas de encarcelamiento sufridas.

Concretamente, la ministra de Defensa de Pedro Sánchez ha hecho un inciso para mandar un "recuerdo a los hombres y mujeres de Venezuela que han tenido que salir de su país, precisamente por la dictadura que viven", lo que ha provocado el aplauso de los presentes. Tras ello, el régimen de Nicolás Maduro, ha convocado al embajador español en Caracas y ha llamado a consultas a su representante diplomática en Madrid. Esta decisión deja en evidencia, así, cuatro errores de cálculo en la estrategia diseñada por La Moncloa en un asunto tan relevante como lo es conseguir la llegada de la democracia en un país históricamente hermanado con España.

Error 1º: pensar que con un "dictador" se puede negociar

Tal y como venimos avanzando en ESdiario, tanto desde las altas esferas del PSOE como desde el Gobierno de España la simpatía que profesan hacia Nicolás Maduro es nula. Inexistente. 

Tanto es así, que fuentes muy destacadas del PSOE y de la máxima confianza de Pedro Sánchez califican a Nicolás Maduro de "loco" pero advierten que "en diplomacia hay que hacer las cosas por detrás y en silencio" porque, aseguran a este periódico, el objetivo del Ejecutivo de Pedro Sánchez es "evitar un conflicto mucho mayor en Venezuela o, incluso, una guerra".

Es decir, la estrategia diplomática diseñada por La Moncloa pasa por dialogar con Nicolás Maduro y convencerlo de que motu proprio abandone el poder y se dé paso en Venezuela a la democracia. Palmario error. Es evidente que las negociaciones en silencio público no han dado sus frutos: el opositor Edmundo González ha tenido que escapar a España, beneficiando, así, al régimen de Nicolás Maduro que se ha quedado sin su mayor contrapeso, y, ahora, se ha abierto una total crisis diplomática con el país. La moraleja es clara: con un "dictador", en palabras de Margarita Robles, no se puede negociar. Todo lo contrario.

Error 2º: La salida de tono de la ministra Margarita Robles

"Por primera vez alguien del Gobierno de Pedro Sánchez ha dicho la verdad. Ha tenido que ser Margarita Robles. Porque Pedro Sánchez no sabe, no quiere o no es libre (para hacerlo). Venezuela es una dictadura. Lo ha dicho Margarita Robles y es la pura verdad", ha sostenido el dirigente popular Esteban González Pons en un vídeo remitido a los medios.

Por consiguiente, aunque muy aplaudida por el Partido Popular, lo cierto es que la ministra de Defensa Margarita Robles, quizás sin darse cuenta, ha tirado por la borda la estrategia con Venezuela diseñada y ejecutada por el propio Ejecutivo al que pertenece. 

Con acierto o no, ante un tema tan sensible, no puede haber voces discordantes dentro del Gobierno porque, como finalmente ocurrió, acaban provocando crisis diplomáticas que no hacen más que agravar el problema. 

Error 3º: Escuchar demasiado a Zapatero

Aunque el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero "no forme parte del Gobierno", tal y como justifican destacadas fuentes del PSOE consultadas, y pueda "hacer lo que quiera" es evidente que tiene una gran capacidad de influencia en el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

También es notorio -y público- que tiene vía directa de interlocución tanto con el Gobierno de España, con Pedro Sánchez, como con el régimen de Nicolás Maduro. Y navegar entre dos revueltas aguas es muy complicado. A la vista está: el estar en permanente contacto con una dictadura, aún si su objetivo es alcanzar la paz y la democracia en el país, puede dar lugar a ser negativamente influenciado por una de las partes -el régimen- que impida la correcta toma de decisiones. Y no ocultan desde el Gobierno de España que el expresidente "está haciendo una importante labor de mediación en Venezuela", apuntan fuentes gubernamentales a ESdiario. 

Error 4º: la pretendida ambigüedad del Gobierno con Venezuela se le ha vuelto en contra

Muy relacionado con el anterior error se encuentra, precisamente, la ausencia de una postura clara con Venezuela. En diplomacia, en ocasiones, la ambigüedad es pretendida para alcanzar soluciones pero, como ha quedado demostrado, en este caso no ha hecho más que complicar la situación.

En otras palabras, que el Gobierno de España no haya querido reconocer la victoria de Nicolás Maduro hasta que "presente las actas" -que nunca ha presentado- pero tampoco reconozca la victoria del opositor Edmundo González -que sí ha presentado un ingente número de actas- pretendiendo que nadie haya ganado las pasadas elecciones en Venezuela, ha sido una estrategia errónea. Más aún, el PSOE ha votado esta semana en el Congreso en contra de reconocer la victoria del "héroe", en palabras de Pedro Sánchez, Edmundo González, a quien también ha recibido el presidente en La Moncloa. Olvidando que España ha reconocido unilateralmente al Estado de Palestina, el argumento del PSOE plasmado en una enmienda a la PNL presentada por el PP es que "reconocerán a Edmundo si el conjunto de la Unión Europea lo reconoce también".

En suma, que el Gobierno de España no tiene una postura ni clara ni propia en el asunto. Algo que volvió a evidenciar este viernes el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, al expresar su respeto a la "decisión soberana" de Venezuela de convocar al embajador español en Caracas y llamar a consultas a su representante diplomática en Madrid, a la vez que se ha abstenido de calificar al país gobernado por Nicolás Maduro como una "dictadura", como lo había hecho la ministra de Defensa, Margarita Robles. 

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