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Puente delata a Sánchez: avaló el contrato de la koldotrama al mes de firmarse

Su auditoría prueba que como alcalde de Valladolid pagó al amigo que le "agasajó" con su yate un 32 por ciento más que Ábalos por mascarilla

El ministro de Transportes, Óscar Puente, bebe agua

El ministro de Transportes, Óscar Puente, bebe aguaEuropa Press

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Óscar Puente compró sus mascarillas un 32 por ciento más caras que Ábalos a un proveedor sin experiencia, sin concurso alguno y porque era su amigo. Tanto que que le "agasajó" con un viaje en su yate privado. Pero nadie le audita.

La auditoría con la que Puente empala a su antecesor en Transportes choca con su propia biografía. En abril de 2020 Óscar Puente contrató mascarillas KN95 (equivalentes a FPP2) por 3,35 euros unidad a su amigo Sergio Zaitegui.

La Justicia probó su amistad con el contratista. Y que Puente directamente organizó y tramitó el contrato. "Posibilitó responder a la urgente necesidad de medios de seguridad para el personal público" con su singular vía: "tirar de amistades" y adjudicar a dedo un contrato de 195.000 euros.

Y la juez bendijo el regalo del empresario al alcalde tras dicho contrato. "No puede entenderse acreditado que el investigado Zaitegui agasajara por razón de su cargo público a Puente, mediante la invitación en un barco de recreo en Ibiza".

Zaitegui le cobró a Puente por mascarilla un 32 por ciento más que lo abonado por Ábalos y un 72 por ciento más que lo facturado a la diputación de Vizcaya. 

El precio firmado por Puente a su amigo tocaba la parte alta de la horquilla estatal, según varias auditorías. Rebasaba las investigadas compras de Adif, Puertos…y sólo competía con otro fiel sanchista: el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano. Hasta 5 euros por mascarilla.

La auditoría de Puente cuestiona la elección de la investigada Soluciones de Gestión, y por qué no se admitió otras. Ábalos da su razón: "Era la única que adelantaba el dinero para traer las mascarillas".

Puente es menos exigente sobre su compra de mascarillas en Valladolid. Alega -sin aportar mensajes del contratista, como sí hace con Ábalos- que en abril de 2020 sólo encontró a su caro amigo -otros no le dieron "confianza"- pero cuando sí pidió ofertas las halló un 737 por ciento más baratas. Y pudo elegir entre 35 empresas.

Casualmente, su amigo no compitió. Puente dijo que Zaitegui le hizo "precio de mercado". Pero ocho grandes municipios obtuvieron un precio medio más barato: Barcelona, Zaragoza, Málaga, Murcia, Palma, Las Palmas, Alicante y Córdoba. Esgrime que la prisa le impidió licitar. Pero un mes antes Ábalos logró mejor precio.

Puente tiene un problema con su misil contra Ábalos. Si violó la ley, como apunta, tiene que meter en su auditoría a su sucesora en Transportes, Raquel Sánchez.

Bajo su mandato cuatro cargos suyos avalaron ante el Tribunal de Cuentas la legalidad de las compras de las mascarillas: la secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera; los presidentes de Aena, Adif, Puertos…Más el presidente de Correos. ¿Cree Puente que mintieron o encubrieron?

Pero su auditoría debe extenderse a Marlaska. Su ministerio conocía los antecedentes penales de los amos de la koldotrama, y compró sin rechistar.

Y el bueno de Puente mete en un aprieto al amo Sánchez. El 28 de abril de 2020 el Consejo de Ministros fue informado del megacontrato de ocho millones de mascarillas y su justificación.

Ni Sánchez ni ningún ministro objetó por qué Ábalos pagaba 20 millones a un contratista sin experiencia ni nexos con Sanidad. Moncloa no difundió tal contrato. Y tenía todos los datos. 20 millones. Ofertas, una.

Correos, cómplice de la compra, dependía de María Jesús Montero (Hacienda). Podía visualizar los extraños nexos de Soluciones de Gestión y fiscaliza todo contrato vía Intervención. Era un contratista tan fiable que gustó también a los Gobiernos del PSOE en Baleares y Canarias.

Y cuatro años después -en plena crisis justiciera y reputacional de Sánchez y esposa-, Puente cuestiona por qué Ábalos dobló su compra y era la única posible. 

Su auditoría censura todo lo que no hizo como alcalde de Valladolid. ¿Por qué el contrato de su amigo era el único viable, cómo forjó la oferta, hubo otras, qué mensajes intercambió, pudo negociarla…?

El tono de Soluciones de Gestión era coercitivo. Ocho millones de mascarillas o nada. La oferta caduca en veinticuatro horas. Ni Corleone. Conocemos el chantaje a Ábalos. Pero no el tono del amigo de Puente. Sus prisas o presiones son secretas.

Pero con dos diferencias visibles. Ábalos no viajó en el yate del contratista. Y su contrato fue validado por Tribunal de Cuentas y fiscalía en su querella. No vieron malversación ni prevaricación. Es infinitamente más que lo fiscalizado a Puente.

El amigo de Puente se llevó en Valladolid su mejor contrato con la administración, 195.000 euros. Ningún otro organismo le fichó tan alto.

Correos apenas le contrató por 5.000 euros, Defensa por 90.000 y Fomento (Puertos) por 26.500. Le rebañó 3,75 euros por mascarilla. Un 50 por ciento más que lo pagado por Ábalos a Soluciones. El amigo de Puente sólo era generoso en la intimidad.

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